Este es el nombre que el bueno de Walter White eligió para convertirse en un ser implacable, dueño de su propia vida, hacedor y protagonista de su propia historia.
Este es el nombre que Walter White eligió en lugar del suyo propio para hacerse respetar, para tomar las riendas, para llevar el control.
Porque con el nombre que le habían dado no era más que un mediocre sin suerte, que veía como todos los de su alrededor le igualaban y le sobrepasaban con facilidad mientras él continuaba en el mismo sitio.
Es curioso que tomara el nombre de aquel que se percató por vez primera de una manera empírica, de que no tenemos control sobre nada. Al menos no tenemos el control que nos gustaría tener, o que algunos creen que tienen.
El canal AMC (imagenio, canal+) está reponiendo la serie entera de Breaking Bad durante los fines de semana. Entre el sábado y el domingo te meten una temporada entera. Los días de diario en horario "late night" te colocan dos o tres capítulos diarios también.
Y claro, te quedas a verlos y a revisarlos. Admiten segunda visión con facilidad, y seguramente tercera y cuarta sin problemas.
Al volver a ver la historia del hombre que se "hizo malo", uno puede preguntarse entonces si la vida que este señor llevaba era "buena". Uno se pregunta si es bueno estar acompañado por una indiferente, intensa, y conminante mujer, tener unos cuñados verdaderamente gilipollas, tener un hijo que tampoco te tiene en muy alta estima, tener unos alumnos medio ceporros que no valoran tu dedicación, tener un ambiente de trabajo donde eres invisible...
Quizás, como dijo Zenón el griego mientras era aplastado en un mortero, quizá no sólo el talento es importante en la vida, se ha de tener además un buen destino.
(No ver este vídeo si no se ha visto la serie y se quiere ver algún día.)
Lctr.