Después de las bendiciones e inauguraciones impartidas por personajes ilustres, y después de conocer nuestras oficinas centrales, hablemos un poco de lo que paso ayer.
Todos sabréis que el
Hangar cerrará sus puertas a final de año. Con ello toda una generación de crápulas "since" 1989 pasará definitivamente a la historia. Todo quedará en el recuerdo. El recuerdo de unos cuantos que sabemos apreciar nuestro bar. Establecimiento absolutamente libertario donde todo el mundo tiene cabida. Fachas, pijos, ocupas, viejos, jóvenes, antiglobalizacionistas, inteligentes, tontoslapolla, e incluso zombies, vampiros, licántropos, dinosaurios, basiliscos, mantícoras, arpías, musarañas, conviven en absoluta armonía, sin miedos, sin violencia.
Verdaderamente va a resultar difícil vivir sin el Hangar, pero esto es como todo, lo que tiene un principio debe inevitablemente tener un final.
De todas formas el Hangar no quiere irse así como así, y nuestro querido amigo
Fer, alma mater del local y del proyecto, ha organizado unos llamados
miércoles de cine. El primero fue el miércoles pasado, donde se proyectó la película de culto "Blade Runner" aderezada por arroz tres delicias y excepcional pollo thai que nos cocinó nuestro insigne y amado
Juanvi. Ayer se pasó la película "Spun", con gran éxito de crítica y público, y aderezada también con suculentas hamburguesas completas.
La idea está resultando extraordinaria, ya que se ha convertido en la excusa perfecta para hablar y tomar algo en el día central de la semana española que, como todo el mundo sabe, sólo tiene seis días que son cinco: Cáceres y Cuenca.
Bueno, pues ahí queda eso. Aquel que quiera participar debe llamar a Fer para que él organice, ya que las plazas están limitadas por el espacio y es a puerta cerrada.
Desde aquí expreso mi reconocimiento a
Fer por el esfuerzo que está haciendo y que siempre ha hecho para que nos sintamos agusto, recibe pues, querido amigo, mi abrazo fuerte, sincero y apretado.
El Hangar no se va, siempre formará parte de todos nosotros.
Saludos
Lecter.
Metemos las cuatro moscas en un frasco de cristal o de plástico
Sacamos las moscas del congelador y las pegamos a las alas.
Y a disfrutar de las pesadas moscas.
