martes, 27 de diciembre de 2011

40 años de naranjas mecánicas

La película de Stanley Kubrick, a cuatro décadas de su estreno, proyecta hoy una violencia individual, social y estatal tan a flor de piel como la que padecemos ahora. 

“¡Videa bien, hermanito. Videa bien!”, dice Alex desde pantalla antes de encabezar una violación tumultuaria. Desde su premiere en diciembre de 1971, Naranja mecánica provocó un escándalo mundial por la agresividad de sus imágenes, confrontó censuras en varios países que retrasaron su estreno acusada de elogiar la “ultraviolencia”. Kubrick y Anthony Burguess, autor de la novela homónima, sonrieron: no sólo se criticaba la sociedad de los 70, era la profecía fílmica de un futuro inminente.



Hoy, esa violencia que vimos está más que viva en la realidad. Durante los 20 primeros minutos Alex (Malcolm McDowell) y sus drugos (sic) se drogan; golpean a un viejo ebrio; pelean con otra pandilla rival (La Urraca Ladrona, de Rossini); asaltan una casa, dejan paralítico al dueño, violan en tumulto a la esposa (“Singin’ in the rain”). Después Alex se va a dormir con total impunidad oyendo la Novena de Beethoven.
Cortapegando con gusto
jm

Pd:
40 años más tarde mi hijo lleva el nombre del protagonista de esta película. Ha nacido 40 años después de que el gran maestro Kubrick nos regalara esta joya y se enfrenta a un futuro tan incierto y violento como se planteaba en la película. Algún día tendré que explicarle que la ultraviolencia... ¡siempre acaba mal!
¡Larga vida al cine de Kubrick

2 comentarios:

Lecter dijo...

No habiá caido yo en lo de Alex. Tendremos pues que vigilar a sus "drugos".

deivit dijo...

La violencia es animal y nosotros lo somos.