Todos estábamos atentos y expectantes ante aquella final contra Francia del europeo, conseguida no sin miserias, y con un mucho de suerte (recordemos que jugamos aquella fase final por el 12-1 contra Malta en la clasificatoria)
Habíamos llegado allí después de un campeonato ramplón, con goles de media potra en los últimos minutos y, eso sí, haciendo gala de una defensa férrea y de un portero imbatible al que apenas pudieron hacer gol los equipos contrarios.
Por ello no salimos de nuestro asombro cuando vimos a Arconada parar la falta lanzada por Platini y un instante después comprobamos como la pelota atravesaba mansamente la portería, introducida por el propio cancerbero.
¡Qué ha hecho!... ¡Qué ha hecho ese hombre!... ¡Pero si ya tenía el balón en las manos!...
Arconada se había metido un gol él solito, sin ayuda de nadie, él solo se bastó y se sobró para alcanzar las más altas cotas de la miseria en un segundo. Todos aceptamos que era el final porque sabíamos como se las gastaba nuestra selección de cara al gol. Todos comprendimos que íbamos a perder ese partido.
Hoy comprobamos que la historia se repite en España cuando nos cercioramos de que el "portero" de la "selección" de Podemos, se mete un gol en propia puerta él solito, bueno, con ayuda de su portavoz. Un gol absurdo e innecesario y, lo peor de todo, premeditado (una casa no se compra en dos días)
Si el gesto de Arconada pudiera tener alguna justificación o atenuante debido al nerviosismo del partido, o a la entidad del rival que además era el anfitrión y jugaba en casa, con todo su público jaleando. El gesto de Iglesias y Montero no tiene justificación alguna. No la hay. A no ser, claro está, que con esta actuación lo que se pretenda es abandonar la política de una vez y vivir más tranquilos, que todo puede ser...
Con el panorama que tenemos en el país, con un partido en el gobierno cada vez más corrupto y reaccionario, con un PSOE entregado a la causa, descabezado y desnortado, y con un peligroso empuje patriotero y demagógico de los muy españoles Ciudadanos, resulta incomprensible este nefasto gol en propia puerta en este momento tan delicado.
Aunque estamos de acuerdo en que con su dinero cada cuál puede hacer lo que quiera, faltaría más, también estamos de acuerdo en la importancia de las formas sobre todo en política, que es el arte de la forma por antonomasia.
En fin.., para qué seguir escribiendo, na que hacer...
Lctr.
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