Ni redbull, ni quimica, ni humos ...
Aun recuerdo tu sabor dulzon, nada que ver con la monopolizada Fanta, ni con la ganguera Lux naranja.
Cuantas meriendas en tu sana compañia.
Con mi padre, en aquellos bares alfombrados de boletos, "dale una Mirinda al chico" y sin vaso, que los chicos te bebiamos a morro y pediamos la chapa.
Y te fuiste.
CARPE NOCTEM
deivit
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