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Se conoce como arte del toreo a esa distracción premeditada o engaño, con el que se burla la fuerza bruta del animal, para llevarlo y conducirlo a los terrenos de preferencia del diestro.
Más o menos el mismo arte de engaño y distracción, de la que se valen estos políticos a sueldo de bancos y multinacionales, haciéndonos creer que el debate de la prohibición de las corridas de toros es algo de la importancia que le están dando.
En pleno mamoneo internacional, en plena crisis inventada por las corporaciones, bancos, y multinacionales para aumentar su control, en pleno calentamiento global, en pleno descenso del filoplancton marino, en plena marea negra del Golfo de Méjico, en medio de todo esto, me venís ahora que si a los toros te pongo la minifalda...
Veros a la mierda.
Por cierto, ya que habéis prohibido las corridas de toros, cosa innecesaria para cataluña ya que hace años que en su territorio no se celebra ni una corrida, podríais haber prohibido también los toros embolaos, masacrados, y demás festejos, de los cuales hay multitud en vuestro país, y no habéis dicho ni pío.
No era la cosa por el bien de los animales?
O por qué era.
Mientras sigamos a vueltas con las mismas historias, mientras nos pongan la muleta delante de la cara, no nos fijaremos nunca en el estoque que viene detrás.
Lecter.
2 comentarios:
Lo dicho: Veros a la mierda.
Sí, todos a la puta mierda. Otro insulto, otro trato como si fueramos gilipollas.
Se ha eliminado una tradición bochornosa. Me parece cojonudo. Realmente me da igual, pero no se me olvida que hace menos de un mes el Parlament de Catalunya rechazó prohibir el burka, otra tradición bochornosa.
José Tomás en el 2008 y el 2009 llenó la monumental de Barcelona. Sí se celebran corridas allí. Pero si el argumento es la defensa de los animales habrá que reflexionar por qué en otras comunidades autónomas no se prohíbe tan bochornosa tradición. A lo mejor es que los catalanes son muy sensibles al maltrato animal.
Tú lo has dicho amigo Lecter, nos ponen la muleta en el hocico para que entremos al trapo. Pero un día saldremos a las calles, como se hacía en otros tiempos, cuando había más cojones y el hedonismo no nos tenía agilipollados. Y quemaremos sus casas, sus palacios, los ministerios, derruiremos sus sedes y colgaremos en la vía pública a esos que se conciben a sí mismos como líderes.
Qué ascazo de peña.
Rg
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