viernes, 16 de julio de 2010

Fantasmas

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Hola a todos queridos amigos.

He vuelto de vacaciones. En vacaciones, aparte de haber descansado y disfrutado, no he podido, ¡oh amigos míos!, no he podido, digo, abrazaros a todos en esta gesta imborrable y única como es la de ganar un mundial de Fútbol.

Menos mal que pude abrazarme, al menos, con mi querido amigo Fernando, y pude disfrutar con él y con los suyos estos momentos tan singulares, estos momentos tan importantes, estos momentos que nos hacen disfrutar como verdaderos seres humanos, como seres únicos, en esta inmensa mezquindad que conocemos como naturaleza.

Sí amigos, sí, la sociedad civilizada siempre ha generado guerras, contiendas, desafíos. Es esta la miserable índole de la especie. Mientras las sociedades civilizadas se mantienen alejadas de las luchas cuerpo a cuerpo, incentivando y creando conflictos lejos de sus territorios, necesitan, necesitamos, como naturaleza que somos, refregarnos, competir, ganar...

Por eso se inventaron las competiciones deportivas. En ellas se puede luchar, competir, ganar... sin procurar daños de envergadura al adversario.

Pero en esta variación de la guerra, hasta este domingo de julio, no se había visto jamás ganar un mundial de la forma en que lo ha hecho España.

España ha ganado el mundial de la misma forma que Aníbal, nuestro padre ibérico, nos enseñó hace más de 2000 años el arte de la guerra. No se pueden ganar las contiendas de cualquier manera, como las bestias, como los brutos. Las cosas hay que ganarlas con arte, entendiendo “arte” como contraposición a “natura”, el artificio es el sello inconfundible del humano.



Pero claro, claro.., así le fue a Aníbal…

Fue derrotado en la “final” por “Italia”, con ayudas arbitrales por supuesto, y de él y de sus buenas maneras nunca más se supo. Luego vinieron Napoleón, Hitler… y Aníbal, y su tiqui-taca, pasaron al más completo de los olvidos.

Hemos tenido que esperar todos estos años para ver el regreso de Cartago, o mejor dicho, Karjedon, ya que Cartago es palabra latina. Hemos esperado, con paciencia, y lo hemos podido ver.

Todo este tiempo que hemos esperado, todos estos años, se deben principalmente a fantasmas del pasado que no nos dejaban desarrollar como es debido nuestro juego. Fantasmas que, como una maldición, flotaban en el aire impidiendo la consecución de la victoria.



Pero ahora, por fin, la victoria es nuestra

Y la gloria

Vivan los pueblos fenicios, Viva Punicia…

Viva Essspaññññaaaaaa

Lctr.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bienvenido de nuevo Anibal esssspagnol

Un abrazo estival de Jm

Anónimo dijo...

Pues claro que sí. La victoria de la inteligencia, el uso de la táctica, la exquisitez y, por qué no, cuando es necesaria, la fuerza bruta comprimida en la cabeza de Puyol.

Cayeron los mitos y callaron las bocas. Y se vino abajo ese respeto a lo que se creía inalcanzable por sí mismo cuando no era más que un complejo propio de los clementes, raules, buitres, etc.

Es la victoria de un equipo sin líder, sin nadie que sea más que otro, ni quiera serlo.

Qué enorme placer.

Rg

Lecter dijo...

Dices bien Roger..,

Ya estaba bien de josemaris bakero, sarabias, y demás miserias que después de un agónico partido de cuartos, siempre nos hacían exclamar:

Ale, para casa!

Gracias Del Bosque, gracias chavales.

Aprovecho aquí para defecar sobre Clemente, Raul, y Butragueño, de manera espesa y abundante.