Después de ver los resultados de la elecciones de ayer podemos apreciar un claro ganador: el aburrimiento y el rechazo a esta pseudodemocracia, con una abstención que roza el 60 %.
En este ambiente de absoluta desisia y desinterés por parte del electorado, podemos observar, no sin cierto espanto, una crecida preocupante del fascismo. El clásico fascismo europeo, sí, ese que quema sinagogas, que defiende la xenofobia y el patrioterismo.., el de la cruz gamada, vamos.
No hemos de confundir la vieja derecha tradicional norteamericana con esto. Son bastante parecidas, pero la derecha fascista europea es distinta. El fascismo europeo es el símbolo de la intransigencia, la sinrazón y, sobre todo la violencia. Sorprende que nuestro país vecino, que sufrió en sus carnes la ocupación nazi, nos venga ahora con esto. Lo de Dinamarca es algo normal (ellos han sido fascistas de toda la vida) pero lo de Francia es preocupante.
Todo lo que ha pasado tiene una explicación, y es que las personas posiblemente con más criterio han decidido no ir a votar, dejando en manos del resto la decisión. Si además unimos a esto que las elecciones europeas siempre han sido el pito del sereno (recordemos que Ruiz Mateos obtuvo tres escaños en una ocasión) pues la cosa está clara. Ahora bien, una cosa es votar a Ciociolina, o al payaso de turno, que no deja de ser exótico y divertido, y otra muy distinta es tomar partido por la violencia, esto es, por el "aquí se hace lo que yo diga por cojones y si no atente a las consecuencias"
Esta vieja Europa nos va a llevar a la ruina.
Lctr.
PS. Ale! y ahora a por el mundial
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