El pensamiento capitalista, o liberal, o neoliberal, como gusta de llamarse ahora, sigue atribuyendo los males del mundo al comunismo (inexistente en la actualidad) o al bolivarianismo, o en palabras de Franco: "a la Conspiración judeo-masónico-comunista-internacional," que tal cosa, como todos sabemos, no ha existido nunca.
Es como echar la culpa al "Hombre del saco" o a Topogigio.
El caso es echar la culpa a algo, o a alguien, para liberarse (o neoliberarse) de cualquier tipo de responsabilidad propia.
Estos son los mismos que hace unos días dedicaban en todo el centro de Madrid, al lado de la Plaza de Colón que tanto les gusta, una plazuela a la dama de hierro. Una primera ministra que dio
nombre a la desregularización del sector financiero, a la
flexibilización del mercado laboral, a la privatización de empresas
públicas, a la reducción del poder de los sindicatos, invasora de las Islas Malvinas en Argentina, y defensora del dictador Pinochet. Estamos hablando de Margaret Thatcher.
Semejante despropósito es la primera vez que se realiza en el mundo, fuera del Reino Unido, y constituye una muestra más del desprecio que sienten hacia la población esta ristra de fanáticos analfabetos que en estos momentos nos gobiernan por mayoría absoluta. Al Inaugurar la plazoleta, Botella aludió a la homenajeada como una "defensora de la libertad", suponemos que se referiría a su libertad personal...
Volviendo al principio, a lo de los pensamientos o movimientos que han gobernado el mundo humano, no deja de sorprendernos que cualquier sistema que se instaura en la sociedad, llámese como se llame, es exactamente lo mismo. Fascismo, comunismo, liberalismo, neoliberalismo, socialismo, social democracia, bolivarianismo... Todos tienen algo en común..,
..todos tienen en común el
numero ocho.
Sí, sí, no pongan esa cara, he dicho bien, todas esas formas de organización tienen en común el número ocho.
Y no se crean que es por la naturaleza esotérica de ese número, símbolo del octógono, de los dos cuadrados, de lo perfecto, del cosmos, utilizado una y otra vez en las arquitecturas y artes humanas, véanse los siguientes ejemplos..
No es por nada de eso, no se lleven a engaño, todas estas organizaciones de la sociedad responden al número ocho porque están basadas en la siguiente proposición irrefutable:
"Para ti la mierda, y para mi el bizcocho"
Lctr.