domingo, 14 de mayo de 2017

Portugal


Menos mal que nos queda Portugal.

Las maneras pactadas y corruptas de elegir al concursante de Eurovisión como las de este año, que han llevado hasta el festival una canción que el público no quería, han dado sus frutos. Último clasificado. El peor resultado de la historia (por ser el último de 26 países). Cero puntos del jurado profesional. Nada.
Queda claro que estas maneras de imponer a la fuerza lo que el público no quiere no llevan a ninguna parte. Por eso tenemos a Rajoy de presidente sin que la mayoría le quiera en ese puesto. Está ahí de una manera pactada y corrupta, como este chico de hoy del festival. Y así nos va.

Por otro lado un Portugal que apostó en su día por un gobierno de coalición de izquierdas, ha elegido bien a su participante y ha quedado primero destacado de todos. Además la canción elegida tiene un puntito basado en el jazz clásico que la hace original y diferente a lo acostumbrado en el certamen. Un toque de buen gusto de nuestro país vecino que nos avisa y nos señala el camino a seguir, alejándonos lo más posible de las formas que imperan en el nuestro.

Salvador Sobral, el representante portugués, tiene un problema grave de corazón y se encuentra a la espera de un trasplante. Eso no le ha impedido interpretar de forma exquisita la hermosa canción escrita por su hermana. Durante la rueda de prensa de los ganadores de la primera semifinal, Salvador se enfundó una camiseta de SOS Refugees y criticó las políticas europeas.

Salvador, vizinhos portugueses, Parabéns...

Lctr.

PS. La canción..

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