viernes, 6 de octubre de 2017

Houston, tenemos un problema.., Y nosotros también...


La pregunta que en estos momentos se puede hacer todo el mundo, al menos todo el mundo pensante, es por qué los líderes gobernantes de los países del mundo son elegidos entre los más ineptos e incapaces individuos de la sociedad en la que viven.

La respuesta es simple: El gobierno está en otro lado.

La vida es una intención, y como tal, busca el mejor camino para perpetuarse en el tiempo y en el espacio, lleva haciéndolo desde hace 4.000 millones de años, ha tenido tiempo suficiente para experimentar y probar todas y cada una de las posibilidades factibles de seguir ejerciendo el dominio sobre la misma naturaleza de la que procede, para organizarse en contra de todas las leyes universales.

Las leyes universales tienden a la nada de la que todo partió, a la calma, a maximizar la "entropía" de nuestro amigo Boltzmann. Las leyes de la vida, por el contrario, tienden a organizar, a construir, a achicar todo vestigio de desorden, tienden a seguir como sea, y cueste lo que cueste, por encima de toda ley que haga su propósito inalcanzable.

Desde el primer cristal, desde la primera enzima, desde la primera bacteria, la vida se ha abierto paso para organizar como sea este viaje sin sentido de lo que llamamos "existencia".

Es importante dejar claro a partir de ahora los conceptos de "Naturaleza y "Vida". 

Mientras el primero simboliza todo aquello que es inerte, inercial, atemporal, impremeditado, casual, incircustancial.., el segundo reune a todo lo premeditado, expreso, deliberado, voluntario e intencionado. Ambas conforman nuestra existencia, y no se pueden separar la una de la otra, al menos en el universo en el que nos ha tocado vivir.

Naturaleza y Vida son antagónicos, mientras una tiende a igualar, la otra tiende a diferenciar, constituyen el motor, la fuerza, que hace que la "realidad" se mantenga sin disiparse. 

Una "Naturaleza" en soledad no podría ser explicada. Una "Vida" sin la naturaleza como sustrato no podría generarse. Ambas a la vez conforman la extensión y el marco en el que la realidad que nos une se desarrolla e intenta explicarse a si misma.

Este lábil equilibrio, volviendo ya al tema del inicio, es muy difícil de mantener, y aunque la vida en un principio eligiera y seleccionara a los "mejores" para perpetuarse en este mundo regido por las leyes de lo "natural" en seguida se dio cuenta, basándose en la propia ley natural, de que para seguir en su intención debía efectuar sacrificios. Si su intención era seguir, no podía seguir a toda costa, la misma naturaleza y sus leyes impedían el predominio de una de ellas. 

Si la "vida" fuese todo no tendría sustrato natural donde realizarse, si por el contrario la "naturaleza" fuese todo, estaríamos hablando de la "nada", perdón, no estaríamos ni hablando.

Esta es la razón por la que nuestros gobernantes son los más incapaces entre sus iguales. No han valido para objetivos concretos de perpetuar la "vida", no han sido capaces de ser médicos, ingenieros, o poetas. Su misión, la que les ha sido encomendada, es la de la regulación. 

Y la regulación conlleva el sacrificio.

Cuando un gobernante ha mostrado indicios de inteligencia y organización, automáticamente ha sido eliminado, porque una entidad así, capaz de mantener la "vida" de todos, acabaría con la naturaleza. 

Es mejor tener "reguladores" sin sentimientos, a los que no les tiemble el pulso a la hora de combatir y guerrear, y de esta manera controlar este frágil equilibrio de la existencia donde, por el momento, solo podemos mirar.

Lecter.

No hay comentarios: