Crepúsculo

Ya no.

Que no.

Ya no se puede.

Y no se podrá, jamás.

Ya no es como antes.

Ya no te va la vida en ello.

Ni falta que le hace.

Pero no importa.

En serio.

No nos importa.

No le importa a nadie.

La vida sigue.

Al final, seréis estadística, números.., como todos los anteriores.

Podéis ir a casa, por fin, id a casa, como hace todo el mundo.

Pero sabed que con vuestra manera de jugar a eso de la pelotita y la red habéis sido únicos.

Únicos.

Si no me creéis, preguntadle a Laver, a Santana, a Vilas, a Girulaitis, a Sampras, a Becker, a Panatta.., a Borg. Preguntadle a Lendl, a Mcenroe, al gilipollas de Wilander, a Agassi, a Arantxa, a Navratilova, a Steffi. Preguntadle a Connors, a Orantes, a Edberg, a Rafter, a Nastase....

Ninguno de ellos, ninguno, ha jugado a esto como vosotros.

Seguramente vendrán otros, no lo dudéis, y serán mejores.

Pero los ratos que hemos pasado con vosotros son irrepetibles.

Nunca lo pasé tan bien viendo esto de la red y la pelotita como con vosotros.

Lo habéis dado todo.

No existe ángulo, rincón, botepronto, volea.., no existe passing, globo.., no existe enroque, gámbito, no existe golpe en el tenis, ni en el ajedrez, que no lo hayáis dado.

Sirva esta entrada como homenaje a vosotros, por todas esas tardes en las que la siesta no era la mejor opción, por todas esas tardes en las que nos habéis hecho saltar en el sofá, por todo ese arte que habéis desarrolado con una raqueta, una pelotita, y una red.

Por todos esos momentos.

Gracias.

Lctr.

(perdón por la extensión)