Contra Miguel Servet del Reino de Aragón, en España: Porque su libro llama a la Trinidad demonio y monstruo de tres cabezas; porque contraría a las Escrituras decir que Jesús Cristo es un hijo de David; y por decir que el bautismo de los pequeños infantes es una obra de la brujería, y por muchos otros puntos y artículos y execrables blasfemias con las que el libro está así dirigido contra Dios y la sagrada doctrina evangélica, para seducir y defraudar a los pobres ignorantes.
Por estas y otras razones te condenamos, M. Servet, a que te aten y lleven al lugar de Champel, que allí te sujeten a una estaca y te quemen vivo, junto a tu libro manuscrito e impreso, hasta que tu cuerpo quede reducido a cenizas, y así termines tus días para que quedes como ejemplo para otros que quieran cometer lo mismo.
Contra Juan Carlos I de España, y en su nombre, contra su hija Cristina de Borbón y su yerno Iñaki Urdangarín, por los delitos continuados de fraude a la administración, prevaricación, falsedad en documento público, tráfico de infuencias, y blanqueo de capitales, ejercidos por el soberano y su familia desde la restauración de la monarquia, que suponen un daño para las arcas públicas de cientos de millones de Euros, con el consecuente deterioro de las instituciones y el desprecio y menoscabo hacia sus pobres e ignorantes súbditos.
Por estas y otras razones te condenamos, Juan Carlos de Borbón, a disponer de un retiro dorado y bien retribuido donde no te falten mujeres, vicios, ni paisajes. En cuanto a tu hija y a su marido les condenamos a que vuelvan a su hogar, en un paraíso fiscal, lejos de su ingrato país.
Lctr.
Lctr.
Se piensa que lo justo es lo igual, y así es; pero no para todos,
sino para los iguales. Se piensa por el contrario que lo
justo es lo desigual, y así es, pero no para todos, sino para los desiguales.
Aristóteles (384 AC-322 AC)
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