Después de mucho tiempo sin él, ya lo tenemos de vuelta.
David Lynch lo está volviendo a hacer. Lo hizo en su momento asombrándonos a todos en los 90' con una serie que rompía los esquemas tradicionales, y que luego fue largamente criticada debido a una larga segunda temporada en manos de muchos directores y guionistas diferentes que, si bien tomaron parte de la idea original, luego no supieron darle la forma adecuada para llegar a producir la emoción que sólo su(s) autor(es) saben proporcionar. (Lynch/Frost)
El tándem Lynch-Frost ha vuelto en esta tercera temporada, y por lo visto en estos primeros cinco episodios, ha vuelto para quedarse y para rematar el trabajo.
Acostumbrados durante el nuevo siglo a series con rotundos guiones y tramas como Los Soprano, Mad Men, Breaking Bad, Dexter.., Lynch vuelve con sus maneras de siempre, reforzadas por la imagen HD, con unos efectos sencillos, bellas composiciones, delirantes diálogos, y sobre todo con esa capacidad hipnótica que ejerce en el espectador que no ha perdido nada de su fuerza original, y que se ve reforzada y ampliada en la madurez de su vida.
Es todo un placer disfrutar de nuevo de su universo simbólico y sugerente, que nos sumerge en un mundo de ensoñación paralelo a una realidad decepcionante, y que nos hace experimentar de una manera solaz con las melodías y las representaciones visuales.
"..Quién no se haya desmayado nunca no descubrirá extraños palacios y casas singularmente familiares entre las ardientes llamas; no será el que contemple, flotantes en el aire, las visiones melancólicas que el vulgo no puede vislumbrar, no será el que medite sobre el perfume de alguna flor desconocida, ni el que se perderá en el misterio de alguna melodía que nunca hubiese llamado su atención hasta entonces.."
E.Alan Poe
(The Pit and the Pendulum, 1845)
Lctr.
No hay comentarios:
Publicar un comentario