Está claro que después del movimiento de presión de Podemos y las confluencias ejercido mediante moción de censura a un gobierno desgastado, paralizado, mezquino, y más pendiente de sus tejemanejes monetarios y del afianzamiento de los poderes judiciales que de llevar las riendas del país, el panorama que se nos presenta es incierto pero, que duda cabe, mucho mejor que tras las elecciones de noviembre de 2015.
En aquel escenario recordemos que el PSOE jugaba la baza de gobernar con C's (y con la abstención de Podemos) para que todo siguiera como hasta ahora. En ese marco, los dos grandes partidos PP y PSOE se hubieran unido en las partes fundamentales que comparten y hubiéramos obtenido un gobierno de "más de lo mismo" con Ciudadanos como comparsa.
Fue entonces cuando debido, y gracias, a la negación rotunda por parte del partido morado a permitir que eso ocurriera hubo que repetir las elecciones.
Al repetir las elecciones (con sospecha de pucherazo por parte de INDRA compañía implicada en las tramas de corrupción del PP encargada del recuento de votos) un millón redondo de votos para Podemos, que hubieran consolidado el Sorpasso, desaparecieron por arte de magia y los resultados volvieron a ser los mismos. En esta nueva situación, y con el PP salpicado y enfangado a diario por nuevos casos de corrupción, el PSOE no tenía ya excusa ninguna para no formar un gobierno del cambio. Cuando estaba a punto de concretarse esa opción fue el propio PSOE el que perpetró un golpe de estado interno para acabar con cualquier posibilidad de giro en el gobierno.
Viendo el PSOE que mediante esta pésima elección su partido estaba abocado a la desaparición (recordemos el PASOK griego) ha dado un paso atrás para volver a intentar lo que en su momento no le estaba permitido. Si a la tercera va a ir la vencida no lo podemos saber, conociendo como se las gastan los socialistas, de momento Sánchez esta "renovando" su equipo con Patxi López y Guillermo Fernández Vara, mal empezamos...
Lo que los demás tenemos que tener claro es que hemos llegado hasta aquí gracias a la presión del partido de Pablo Iglesias. Y en esta línea hay que seguir.
Si queremos un país diferente, donde no existan más memorias históricas, y todos los elementos del pasado franquista sean eliminados y las cuentas con las víctimas sean saldadas, un país donde la Iglesia ocupe el lugar que le corresponde y empiece a tributar, un país donde la educación privada abandone de una vez los conciertos, un país donde se puedan reformar aspectos arcaicos de la constitución, un país donde se eliminen organismos de gobierno duplicados, un país que ofrezca soluciones a los nacionalismos, un país que pueda elegir su modelo de estado planteándose la eliminación de una monarquía impuesta y corrupta, un país donde las adjudicaciones sean transparentes, donde las grandes empresas paguen lo que deben, donde el fraude y la corrupción sean severamente castigados...
Si queremos un país así, hay que hacer fuerza, hay que meter presión, y hay que hacer las cosas bien.
Si no.., pues nada...
Lctr.
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