viernes, 25 de abril de 2014

¿ Recordáis Aznalcollar ?



Se cumplen 16 años del desastre ecológico de Aznalcollar. El mayor desastre ecológico acaecido en la historia de España junto al hundimiento del Prestige. Ambos fueron perpetrados en terrenos de singular belleza y riqueza natural, islas Cies - rías gallegas, y cuenca del Guadiamar, que vierte directamente en el coto de Doñana.





Como todos sabemos el primero de los desastres, el del Prestige, ha sido ya juzgado y sentenciado a coste cero para las empresas implicadas y para los responsables políticos de la catástrofe. Recordemos que el principal de los responsables políticos de aquel estrago es hoy nuestro actual presidente del gobierno.

Pues bien, ¿Qué hay del segundo de los desastres? ¿Qué ha pasado en estos dieciseis años? ¿Ha pagado alguien la catástrofe?

Veamos...

La reclamación a Boliden -la multinacional que explotaba la mina de Aznalcóllar- de los 89,8 millones de euros que costó reparar los daños del vertido tóxico en 1998 se ha convertido, tras 16 años de peregrinaje por los tribunales, en unos de los procesos judiciales más largos del país. Después de casi dos años desde su vuelta a manos del Juzgado de Primera Instancia número 11 de Sevilla, la causa se encuentra "en una fase muy inicial", según han confirmado desde la Consejería de Econonía, Innovación, Ciencia y Empleo. 

En concreto, se está a la espera de la traducción de buena parte de la documentación, que supera los 8.000 folios en total, y que el juzgado ha reclamado a la Junta de Andalucía, que lo hará en inglés y en sueco (idioma este último del país de la empresa matriz de Boliden). Inicialmente se había dado un plazo de seis meses para esta traducción, pero la Junta de Andalucía ha pedido una prórroga por otros cuatro para poder cumplir una orden que llega tras la petición de los abogados de la empresa. Una exigencia que se puede interpretar como otra maniobra para retrasar todavía más el caso.

En este contexto, desde el propio poder judicial reconocen que la causa ha sufrido muchos retrasos y va a un ritmo muy lento, de momento con dos partes como protagonistas centrales: la Junta de Andalucía y Boliden. De hecho, no hay en este caso un frente ecologista personado. En este sentido, Antonio Ramos, responsable de minas de Ecologistas en Acción, afirma que su organización nunca se ha personado en la causa "porque en España los pleitos cuestan mucho dinero", del que no disponen. "Hace más de 16 años denunciamos doce veces ante la Delegación Provincial de Medioambiente de Sevilla que la balsa se iba romper", recuerda el ecologista, quien cree que la Junta de Andalucía "no va a cobrar ni un euro de lo que ha supuesto la recuperación del Guadimar".

En el año 2010, doce años después de la desgracia, se volvieron a detectar altos niveles de contaminación procedentes de la mina sueca que no han trascendido pero que reflejo en el siguiente trabajo del grupo ecologista Gerena Verde:

La mina de Aznalcóllar sigue contaminando y causando desastres ecológicos a pesar de que hace ya más de una década que cesó la explotación minera. Unos jóvenes de Gerena dieron la voz de alarma a Gerena Verde el pasado fin de semana:

-"Kini, algo ha pasado en la parte baja del pantano de Aznalcóllar, porque hay miles de peces muertos y el agua esta de color azul turquesa"-

Ante tal afirmación, y con el presentimiento de que algo gordo estaba pasando, me puse en contacto con Ecologistas en Acción Sevilla, que me confirmaron que a ellos también les había llegado la noticia, por lo que decidimos hacer juntos una inspección del lugar y nos personamos en el contraembalse del río Agrio en Aznalcóllar.

El espectáculo que nos encontramos allí era demoledor. Miles de peces muertos y el color del agua tal como me lo habían descrito: "azul turquesa". El nauseabundo olor que desprendían los peces muertos en descomposición hacía casi insoportable la estancia en la orilla, no obstante, proseguimos la inspección buscando la posible fuente del vertido que estaba causando este desastre.

La contaminación de las aguas la estaban provocando las escorrentías procedentes de las escombreras de la mina que llegan al contraembalse, tal y como pensábamos en un principio, y pudimos contar más de cuatro puntos de vertido al río Agrio. Era impactante observar como la toxicidad de estos vertidos había matado la hierba de los alrededores e incluso las adelfas antes de entrar en contacto con el río Agrio. (seguir aquí)



Este es el país avanzado en el que vivimos.

Lctr.

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