lunes, 6 de junio de 2016

Marca España



(ELCONFIDENCIAL)
Hacer un AVE es relativamente sencillo. O al menos es algo conocido. Pero no hay precedentes de un tren de alta velocidad en el desierto y no se sabía cómo podía afectar a la circulación de trenes. El consorcio y Arabia confiaron en que los ingenieros españoles de alguna forma encontrarían una solución. El AVE del desierto cruza dunas, pero también desiertos de piedras sobre los que la arena avanza a gran velocidad movida por el viento, lo que hace que se acumule ante cualquier obstáculo.

La queja de Copasa e Imathia, dos constructoras medianas que entraron en el consorcio, es que las obras han empezado por el tejado y que afrontaron una megaconstrucción sin conocer en detalle los problemas de la arena. Es habitual que para un gran contrato como este no se realice previamente un costoso estudio en detalle que supondría un derroche si luego un competidor se lleva el concurso. Pero en este caso, el consorcio español no se metió a fondo con la arena ni después de ganar el contrato, según fuentes conocedoras de la obra.

Y ahora viene lo mejor...

Además,  A falta de menos de un año para que entre en funcionamiento la primera línea del AVE entre las ciudades saudíes de La Meca y Medina, las empresas españolas que forman parte del consorcio que se adjudicó el proyecto de 6.700 millones de euros empiezan a temblar. Según los cálculos internos llevados a cabo por Renfe, Adif e Ineco, las compañías que se encargarán de la operación y del mantenimiento del servicio ferroviario, las pérdidas esperadas serán de al menos 1.000 millones de euros, debido a los importantes errores en el cálculo del número de viajeros.

La cuestión es que Renfe y Adif quieren que el desfase se pague de forma proporcional por todos los integrante de la 'joint venture', en base a una de las frases más repetidas en los contratos: “Los miembros que componen el mencionado consorcio responden solidariamente de las obligaciones del mismo”. Pero OHL y ACS, que está representada a través de "Cobra", no quieren saber nada de este agujero, puesto que solo participan en la construcción de la red ferroviaria, en la primera parte del contrato (3.500 millones), con apenas responsabilidades en alguna parte de la catenaria de la vía del AVE.

Si finalmente la cuenta recae sobre Renfe y Adif, las dos empresas públicas tendrían que apuntarse anualmente unas pérdidas estimadas de 81 millones al año, lo cual llevaría con total seguridad a ambas compañías a registrar números rojos. Unas minusvalías que posteriormente irían contra las cuentas del Estado, que cuando consiguió el contrato en 2011 en competencia con un consorcio francés celebró la adjudicación como la gran victoria de la Marca España. Estos 81 millones de euros por los 12 años del contrato de operaciones elevarían el déficit a 972 millones.

Otras fuentes internas del consorcio son incluso más pesimistas y sostienen que la desviación entre el cálculo preliminar y la realidad puede incluso ser del 50%, especialmente en los primeros ejercicios de puesta en funcionamiento, si la economía de Arabia Saudí sigue golpeada por el desplome del precio del petróleo. En ese caso, las pérdidas se dispararían hasta los 1.600 millones. 

Un ejemplo más, queridos amigos, de como la única ingeniería que conoce la empresa privada española es la manera de poner el cazo (De hecho la unión entre OHL Y ACS se llama "COBRA") Está claro que cuando vienen mal dadas al final pagamos nosotros como corresponde a un buen país tercermundista, y el "empresario" se va de rositas. Qué bueno es tener empresas del estilo de OHL o el compendio ACS, que obtuvieron su total desarrollo en la España franquista, y que ahora no arriesgan ni un sólo euro de sus bolsillos cuando las cosas vienen mal. Así es posible embarcarse en proyectos faraónicos aún a sabiendas de que no los van a saber resolver. La cosa es firmar, cobrar, fiesta de inauguración, y luego los demás que arreén.

A ver a quién votáis

Lctr.

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