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Es tal el calor de estas noches del final del verano, que me traen recuerdos de películas cuyo tema principal es el calor. De la noche.
Esas calurosas noches que hacen posible el verdadero insomnio, el insomnio por calor, el calor que hace imposible conciliar el sueño, el calor que te mantiene vigilante, toda la noche, ante lo que pueda pasar.
Enciendes un cigarro, despacio, apagas la tele, y con un rodal de sudor que cubre tu pecho y tu barriga, miras
por la ventana.
No se mueve nada. Ni una hoja. Nada. La calle parece una prolongación de tu casa. Todo es calle. Todo es casa. No hay diferencia alguna. No hay casa. No hay nadie. No hay calle.
No hay bordes. Ni contornos.
Estas inmerso en el calor de la noche.
Donde todo puede ocurrrir. Donde nada puede ocurrir.
Mientras miras
por la ventana.
Lctr.
3 comentarios:
Y por la desesperación de no dormir, no esperas a que el despertador te pite y te levantas media hora antes.
Tenpranashoras, la caó,quesabenaide
Pues sí ha tenido que hacer calor, sí.
Roger.
Bonito ta quedao Lecter.
Jm
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