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"Perdonen que no me levante". Ése era el famoso epitafio atribuido a Groucho Marx, que jamás ha estado grabado en su lápida en el Eden Memorial Park de Los Ángeles.
Pero, a lo largo y ancho de los cementerios españoles, hay bastantes epitafios que rivalizan en ingenio con el del famoso cómico estadounidense. El sentido del humor está presente en numerosas lápidas de los finados patrios, como aquella leyenda del cementerio de Cistierna (León) que reza: "Estoy muerto. Enseguida vuelvo".
(Un libro de la periodista Nieves Concostrina rescata los mejores epitafios)
Lctr. (cut@paste)
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