lunes, 1 de julio de 2013

Sobre el España-Brasil y la concepción del mundo

Una vez más la naturaleza se sale con la suya, y España, la del tiki-taka, la de los jugones, la del jogo bonito, sucumbe ante Brasil por tres a cero.

En estos momentos no hay resultado peor para este partido, y digo esto porque Brasil se halla sumido en una revuelta popular, cargada de razón, en contra de una estirpe política cuya única visión es mantener a uno de los países más ricos del planeta en la miseria. A cambio de fútbol y, si gana la canarinha, pues a tomar por culo, a celebrarlo, y a seguir viviendo en la favela.

No voy a decir nada de nuestra selección ante el partido jugado, simplemente no estaban acostumbrados, desde hace ya mucho tiempo, a esto. Sí, es verdad que han ganado dos Europeos, un mundial, pero nunca se habían enfrentado a estos señores hasta ahora. No es lo mismo jugar contra Alemania, contra Holanda, incluso si me aprietas, contra Italia, que contra estos. Para ganar a estos en su campo, con todo Brasil mirando, necesitas una motivación extra. Nuestra selección no ha estado a la altura porque estaban pensando más en las vacaciones que en un partido que Brasil se ha tomado como una cuestión de Estado en la que les iba la vida.

Es una pena que no haya ganado España porque esto hubiera ayudado mucho a los Brasileros en su revolución, por contra, la derrota de España a nosotros no nos ayuda nada, es más..,

nos trae por culo.

Después de tantos años jugando deportes contra los demás países, y casi siempre perdiendo, como es natural en cualquier ser que haya nacido en la península ibérica, única zona del planeta tierra en la que no nos va la vida en nada, puesto que conocemos el valor que la vida tiene, una derrota más tampoco es una cosa fuera de lo normal. Lo que sí ha sido fuera de lo normal es esta racha de victorias en casi todos los deportes que hemos tenido de un tiempo a esta parte.

Sirva esta derrota para devolvernos a la realidad, para saber que la nobleza y el juego bonito no valen para tomar por el culo, y para dejarnos de gilipolleces. Sirva esta derrota para empezar a aclarar nuestra visión y percatarnos de los verdaderos problemas que tiene el país, y el mundo.

Y, sirva esta derrota, para constatar y afianzar de una manera permanente, que el fracaso es lo más importante que tiene la vida, puesto que es lo más abundante. Vale ya de subvencionar el éxito, subvencionemos el fracaso, ayudémonos entre todos los fracasados porque somos legión y, aquel que levante la cabeza, aquel que despunte en algo, aquel que tenga una idea de mejora...

Duro con él.



Lctr.

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