sábado, 19 de noviembre de 2016

Las Izquierdas


La izquierda está triste... ¿Qué tendrán las izquierdas?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La izquierda está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.

Pues claro, no podría ser de otra manera, las izquierdas, y las derechas, que han manipulado el mundo desde tiempos inmemoriales, ya no engañan a nadie. Gracias al apoyo de los medios y del sistema establecido, que maman y funcionan directamente con este viejo motor ficticio, todavía nos mantienen a raya. El viejo motor bicilíndrico de dos tiempos está empezando a hacer perla. Tiene las bujias ensuciadas y grasientas, y los pistones no dan más de sí, y se han quedado sin recorrido y sin ideas.

Ese vetusto y renqueante sistema con el que el mundo ha funcionado y ha ido tirando, obteniendo combustible de las miserias de una gran parte de la población, está absolutamente gripado. Gracias a los avances tecnológicos, gracias a internet, cualquier persona puede tener acceso a la información en el lugar más remoto del mundo. Y cuando alguien que no tenía información empieza a percatarse por primera vez de lo que va todo esto, cuando alguien que se estaba matando con el vecino se entera que toda esa lucha no va en su beneficio sino que es utilizada para el beneficio de otros, inmediatamente comienza a plantearse preguntas, y a detener sus acciones.

Porque el viejo motor que hace avanzar al mundo es selectivo en velocidades, y hace que unos pocos vayan a toda hostia, y que la gran mayoría no pueda ni dar un paso, y que sus vidas se conviertan en una mera subsistencia que sirve de carburante para el gozo, el placer, y el deleite sin límites de unos pocos "elegidos".

Los guardianes de la vieja mecánica llaman a las nuevas versiones del motor "populismos". Utilizan el término de manera peyorativa, e incluyen en él a los peligrosos parches de reparación del viejo sistema. Esos "kits" de reparación suministrados por los administradores del método que se incluyen dentro de los "populismos" no son más que la herramienta filosofal que siempre se ha utilizado para que todo siga en su sitio. 

Su nombre verdadero es fascismo.

Me gustaría pensar que los humanos que vivimos en el planeta en el año 2016 de la era cristiana, seríamos capaces, y tendríamos el criterio para diferenciar claramente estos términos. Lamentablemente mi experiencia en bares, plazas públicas, colegios, y hospitales, me informa de lo contrario.

Por ello me gustaría que estas palabras, que quizás alguien lea, sirvan de información y de posible esperanza de cambio. En estos momentos, si nos fijamos en Europa, a todo el mundo le va mal. Pero mientras los países representativos del viejo motor están optando claramente por el viejo parche fascista, hay otras regiones (las más vapuleadas) que están tomando en serio las propuestas de los mal llamados populismos. Hay mucha gente que piensa que otro mundo es posible, entre los que me incluyo. Somos muchos los que pensamos que esto se puede organizar de otra manera, y no somos los primeros. Desde Platón a Kant, desde Schopenhauer a Marx, desde Sidarta Gautama a Cristo, desde Skywalker a Neo, son legión los que alguna vez han pensado en un mundo distinto.

Después de haber vivido el 15M y haberme ilusionado de manera sincera al comprobar que no hacen falta consignas ni credos para hacer que funcione una sociedad llena de gente válida sin ninguna pretensión individual al margen de las limitadas, y pobres, y pretéritas ideologías. Después de ver eso, y de ver también como esa belleza se desmoronaba como las esculturas de arena de una playa al subir la marea, igual que los lábiles castillos de naipes que solo necesitan un soplo para volver a la nada, después de todo eso, he de decir que nos queda Pablo Iglesias.

Sí, no miréis para otro lado, habéis oído bien. Lo vuelvo a decir:

Nos queda Pablo Iglesias.

Sí, sí, ya lo sé, ya sé que pensáis que es un gilipollas, un sobradito, políticamente incorrecto, soberbio, ya sé que pensáis todo eso, ya lo sé. Sólo quiero que interioricéis y que penséis en vosotros mismos de manera objetiva, seguramente descubriréis al mismo gilipollas, sobradito, y soberbio que criticáis, puesto que el ADN es lo que tiene... Pero la diferencia entre nosotros y él, es que él ya está ahí, y ha llegado por nosotros.

Podríais decirme que no ha tratado bien a izquierda unida, y yo os digo que la mierda de partido que ya era IU no se merecía otro trato (como se ha podido comprobar en los comicios), si me apretáis a IU le ha servido de limpieza. Otros me podéis decir que no ha tratado bien al PSOE, y todos habéis podido comprobar quién es verdaderamente el PSOE. Algunos podréis decir que os gusta más Errejón porque es más negociador... Podéis decir lo que queráis, pero cuando este chico, Pablo, se sube al estrado parlamentario, inmediatamente un soplo de aire limpio inunda la sala, miro a mi padre escuchándole, y me emociona ver su cara, máxime cuando mi padre nunca ha pertenecido ni siquiera a un equipo de fútbol, nunca ha sido de nada, con más razón al ver su gesto turbado me hace creer, como tantos otros han creído antes, que otro mundo es posible.

Lejos de evocar misticismo, ni mesianismo, os pido que le déis una oportunidad, depositemos nuestra confianza. Tened en cuenta que de momento no tenemos otra cosa. Sed indulgentes con el que todavía nada ha hecho, sed tolerantes, y si queréis descargar toda vuestra violencia y vuestra mala hostia no lo hagáis sobre él.

Para eso tenéis a Rajoy.

Y a Felipe.

Lctr.

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