viernes, 10 de marzo de 2017

La la Land II (Opening Scene)


Aunque el amigo de Filmafinitty está en casi todo muy acertado con su crítica a la película que pudimos leer en el post anterior, bien es verdad también que, siendo honestos con el trabajo de la gente, se le olvidó mencionar algunos aspectos muy buenos de la cinta, en particular el extraordinario "flashmob" con que se inicia el film, que entrará a formar parte sin lugar a dudas de la historia del cine.

La escena se desarrolla en un atasco real a la entrada de Los Ángeles (En Agosto a 37º a la sombra) y está rodada en un plano secuencia que consta de tres tiros de cámara dando la sensación, una vez montado y ocultando los imperceptibles cortes, de estar realizada de una sóla vez. Para ello tuvieron que detener dos días el tráfico de la rampa del intercambiador "Judge Harry Pregerson" entre la "Harbor Freeway" (Interestatal 110) y la "Glenn Anderson Freeway" (Interestatal 105) en Los Ángeles Sur.

En el rodaje se necesitaron 60 coches, 30 bailarines, y 100 extras, haciéndose necesarios meses de ensayos en un aparcamiento de los estudios para lograr la perfecta sincronización que permitiera rodar la escena real en el menor tiempo posible minimizando los errores.

Cuando uno ve el resultado final no puede evitar marearse pensando en los quebraderos de cabeza y las horas de trabajo para conseguir estos seis minutos trepidantes de obertura inicial.

La música que acompaña a la escena (Another day of sun) fue compuesta por Justin Hurwitz. Es una música alegre de superación escrita en tonalidad principal de mi mayor bemol (Eb) pero que utiliza en muchas partes cambios en tonalidades menores que le suministran la belleza y dramaturgia necesarios en un tema de un musical clásico. El resultado es excelente.

El plano final de la secuencia alzando los brazos al cielo acompañando al suave movimiento de grúa, con la ciudad al fondo, y el título en el último compás, es sencillamente épico.

Otra gran escena es “Someone In The Crowd”, también en plano secuencia complicadísimo desde la casa de las chicas hasta una fiesta con piscina incluida que finaliza en una verdadera locura. En ella podemos reconocer a la bellísima Sonoya Mizuno (la morena de amarillo) que nos recuerda y viene a hacer las veces (más modestamente) de aquella gran Cyd Charisse de "Cantando bajo la lluvia".





Aunque la película en líneas generales puede adaptarse a la crítica que ya leímos en el post anterior, también es verdad que es de bien nacidos reconocer el trabajo y el talento de las personas. 

A cada cual lo suyo.

Lctr.

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