Este campeón del mundo de Fórmula 1, campeonato que le cayó del cielo (cualquiera que hubiera tenido ese coche ese año lo habría ganado), tiene una incomparable capacidad de aceptación de la derrota y de la victoria, vengan como vengan. Invulnerable a la humillación deportiva, dispuesto a encajar cualquier posición en la meta, con esa sonrisa de gentleman desesperante que no augura nada bueno. Un piloto que es capaz de hacer 5 ó 6 décimos puestos consecutivamente y salir tranquilamente con una sonrisa de idiota desesperante, como si eso no fuera con él.
Un piloto que resiste en este circo pese a sus pésimos resultados por una simple razón, ser británico, y nada más.
Tener como compañero a alguien sin ambición, a alguien que le da igual perder que ganar hace más difícil todo.
Sólo se puede ganar un mundial si tu compañero te lo pone difícil, si se mete entre tú y tus rivales, si te estorba a tí y a los otros, si se postula a campeón igual que tú. Dios quiera que no le toque a Alonso de compañero este pusilánime, como lo fueron Massa y Raikkonen.
Rg
1 comentario:
Este próximo mundial me parece que será otra mierdecilla. Por supuesto Alonso con coche nuevo no pasará de la Q2 en las clasificatorias....
Publicar un comentario