lunes, 29 de junio de 2015

El Belicismo Moderno (II).. Qué será de Nosotros..?


(Y ahora cortapego artículo "El disparate económico" de Roberto Centeno en "El Confidencial")

Si en Grecia ocurre lo peor, España será el siguiente país en el foco de atención de los mercados y los especuladores, lo que acelerará la quiebra porque nuestra deuda es imposible de devolver. La deuda total o pasivos en circulación del 148% del PIB o del 131% –la computable más la deuda oculta según Bruselas– es inferior a la griega, pero en todo caso impagable. Nuestro déficit primario es del -4% del PIB si sumamos los 1,5 puntos del déficit de la Seguridad Social, que seguirá creciendo aunque, de momento, se financie con la caja de las pensiones, que desaparecerá en dos o tres años; es mucho peor que el griego, que estima un superávit del 1%.

El PIB crecerá este año un 3% pero el PIB pm, que mide la riqueza creada, será de poco más del 2% porque los precios van a caer en torno al 1%, y el año que viene y siguientes se estima una reducción significativa del crecimiento. Dicho en corto, la deuda y el déficit son insostenibles. Esto, sumado a una brusca subida de la prima de riesgo y con los tipos de interés al alza (EEUU los subirá dos veces este año), nos llevará a la necesidad de un rescate antes o después. Si a eso le añadimos una deuda exterior neta que supera el 100% del PIB, la mayor de la OCDE, y que, además, sigue creciendo porque el saldo del comercio exterior sigue en negativo, nos coloca en la peor situación de toda la zona euro. No hace falta ser economista para ver que, si Grecia cae, España será el siguiente en la lista.

A mediados de 2012, Grecia aceptó un primer rescate en el que, a cambio de importantes recortes de gasto, le fue condonada el 70% de su gigantesca deuda. En sentido contrario, el irresponsable de Rajoy, que no estaba dispuesto a recortar un solo euro el disparatado gasto político, tomó una decisión tan increíblemente insensata que algún día debería responder por ello: optó por la vía del endeudamiento aprovechando la barra libre ofrecida por Draghi, en la que se entregaban ríos de dinero sin control ni condición alguna. Rajoy vendió y sigue vendiendo su disparatada decisión, que ha arruinado a varias generaciones de españoles –la deuda total se incrementó en 590.000 millones de euros desde entonces– diciendo que se había negado a aceptar bajar pensiones o subir impuestos que ya había llevado a las nubes.

Nada más lejos, la exigencia de la eurozona era una reducción del gasto del orden de los 25.000 millones de euros cuando sólo en duplicidades entre Administración Pública se despilfarran anualmente 32.000 millones de euros, la mendacidad de Rajoy resulta inaudita. En cuanto a los impuestos, los seguiría subiendo sin pausa para alimentar a la gigantesca hidra de sus redes clientelares. Llegados a este punto, en Grecia comenzaron de nuevo a gastar sin freno, las élites empresariales y financieras sacaron gigantescas fortunas al exterior, incrementaron a lo insultante su vida de lujo y despilfarro –en España el número de millonarios se ha incrementado en un 40% desde que comenzó la crisis– y el gasto público improductivo volvió a crecer sin freno.

Pero claro, esto solo fue posible porque los nuevos prestamistas, todos institucionales ya que ningún privado prestó un euro a Grecia después del rescate, entregaban dinero sin freno y sin control, exactamente igual que lo que está ocurriendo con el QE del BCE respecto a España. Es obvio que esta deuda es en su mayor parte ilegitima porque no ha sido contraída en beneficio de los pueblos y con pleno conocimiento por parte de los prestamistas de que ese dinero estaba siendo despilfarrado. Moralmente no existe obligación de devolverla; sin embargo, la realidad legal no entiende de ética, máxime cuando los que han prestado ese dinero no están dispuestos a reconocer su incompetencia al entregar ríos de dinero a gobiernos insensatos que sabían que no lo iban a poder devolver.

Solo la historia juzgará estos hechos y su veredicto será indudablemente muy duro para con los responsables, pero de momento se ha llegado a un punto en que, legítima o ilegítima, la deuda es ya imposible de devolver. Ni Grecia, ni España, ni otros países pueden hacerlo, por lo que nos esperan meses y tal vez años de tiras y aflojas que al final no pueden conducir más que a un final: la necesidad de pactar con la realidad. Que sea por las buenas o por las malas es imposible saberlo, pero siempre con hambre, sudor y lágrimas de los no tuvieron culpa de nada. El hecho de que las deudas no podrán ser devueltas más que parcialmente es algo incontrovertible, porque, como decía Lenin, los hechos tienen la cabeza muy dura.

El ejemplo del Ayuntamiento de Madrid

El caso del Ayuntamiento de Madrid, donde el nivel de despilfarro, nepotismo y corrupción, de los “grandes gestores del PP” ha sido de tal calibre que hará que los madrileños se queden espantados cuando lo conozcan, es un buen ejemplo. En los próximos días, una delegación de S&P se reunirá con los responsables económicos del Consistorio con la idea de rebajar la calificación de su deuda porque han osado hablar de renegociarla. Que las cuentas vayan viento en popa, porque van a recortar gastos drásticamente y van a corregir decenas de miles de “errores” catastrales, donde torres de oficinas figuran como solares y no pagan un euro de IBI, corrección a la que Gallardón y Botella se habían negado para favorecer a las élites depredadoras, es algo que a S&P parece traerle sin cuidado.

Que Gallardón haya endeudado salvajemente la ciudad realizando obras tan absolutamente innecesarias como las olímpicas –Madrid es la única ciudad del planeta que construyó las infraestructuras olímpicas antes de que le fueran adjudicados los Juegos–, que han costado mucho más de lo presupuestado. O que la remodelación del Palacio de Comunicaciones presupuestada en 40 millones haya costado al final 530, cuando la sede del BCE en Frankfurt –dos enormes torres de cristal de 64 y 62 plantas, costó 300 millones, lo que originó una revuelta pública–, hace completamente ilegítima la deuda y obliga a una auditoría a fondo para conocer las causas. ¿Y a santo de qué S&P pretende rebajar la calificación a quien es solvente y no la rebaja a quien no va a poder pagar?

Y termino el tema Madrid con un hecho insólito que ilustra perfectamente el despilfarro de recursos públicos y que deja en entredicho todo el discurso de regeneración de Ciudadanos, que se presenta como algo nuevo y completamente limpio. Como es sabido, el nuevo equipo de gobierno ha renunciado a la utilización de coches oficiales de uso personal porque, al contrario que en el resto de capitales del mundo civilizado, en las grandes ciudades españolas los concejales tienen coche oficial con chófer, dos “asesores”, es decir, dos enchufados de lujo y todo un sinfín de prebendas. La alcaldesa Carmena no ha querido imponer la renuncia a estos inauditos privilegios a los demás grupos, básicamente porque el PSOE no está dispuesto y necesita su apoyo para gobernar.

Y ahora adivinen quién ha sido la primera persona en exigir su coche con chófer de inmediato y todas las demás prebendas: Begoña Villacís, la número uno de la lista de Ciudadanos. ¿Es este el “cambio sensato” que anuncian a bombo y platillo? Para cuantificar la magnitud del absurdo exigido por esta aprovechada, el coche que está en renting, más la gasolina, etc., cuesta 20.000 euros al año, el chófer 40.000 y los asesores inútiles, porque para eso están los funcionarios, que además están mejor preparados, 150.000. O sea un gasto anual de 210.000 euros que no necesitan para nada y eso sin contar su sueldo –¿acaso esta pretenciosa ignora que el alcalde de Nueva York va en metro a la oficina?–. Este proceder es inaceptable en cualquier otro país, no digamos cuando no hay dinero para la dependencia ni para dar de comer a niños hambrientos.

Esta es la prueba del nueve de que este partido no tiene nada nuevo que ofrecer ni nada nuevo que decir. Son unos oportunistas cuyo único mensaje es quítate tú para ponerme yo, y lo único que tienen bueno es dentro de Cataluña. ¿Van a seguir exigiendo recursos para los electos que no los necesitan en absoluto para realizar su función? ¿Por qué, Sr. Albert, no obliga sus concejales a renunciar a privilegios insultantes en un país crecientemente empobrecido? Ciudadanos tiene 7 concejales en Madrid: si renunciaran a estos privilegios insultantes, el ahorro sería de 1,5 millones. Pues bien, el dar de comer a los niños sin recursos durante el verano cuesta 1 millón. A ver, Sr. Rivera, ¿qué es más necesario e importante, destinar 1,5 millones de euros a los fondos de los necesitados o al lujo y bienestar de su pizpireta concejala y demás secuaces? ¿Eso es lo que, según Ciudadanos, necesita España? ¿Y saben quién fue el segundo en exigir su coche? El inefable Carmona, número uno del PSOE, claro que eso estaba cantado.


Lctr. (C&P)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues eso, qué va a ser de nosotros? Nuestros hijos lo llevan claro

Jm

Lecter dijo...

Desde luego con estos figuras...