Hay dos fuentes de belleza: el ser humano y el Universo.
Los primeros, al fin y al cabo, consecuencia del segundo. No se puede competir. La belleza de la Alhambra, la emoción de la Pastoral de Beethoven, la inteligencia de cada frase de Cervantes no pasan de migajas frente a lo inabarcable, inexplicable y angustiosamente infinito del Universo. No entraremos en detalles.
Rg
1 comentario:
Un mar de nubes batiendo sobre la nada...
Oh geometría misteriosa..
Oh tiempo infinito..
Oh mama tierra..
Gracias Rg...
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