martes, 2 de junio de 2015

Mamandurrias


Como lloraba aquí Lucía Figar con la dimisión por pies de su jefa de mamandurrias, la descubridora de la corrupción ajena, que prefirió salir por la puerta de atrás sabedora de lo que se le venía encima en su propia casa.

Sí, esta insigne plañidera es Lucía Figar, la niña pijo consejera de educación, tristemente conocida por ser la responsable del recorte de miles de becas para la adquisición de libros de texto (300.000) y de comedor (110.000) mientras ella disfrutaba de una beca de 1.100 euros al año para la educación de una de sus hijas en educación infantil.

Este ejemplo de transparencia y de democracia de occidente ha sido hoy llamada a filas de la justicia, dentro de la trama púnica, para que dé explicaciones de su extraordinaria gestión en la consejería de la comunidad.

No le tembló el pulso para dejar a 300.000 niños sin libros, y a 110.000 sin comer pero ahora, pobre, se derrumba desconsolada.

Lctr.

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