El Partido Popular de Madrid, con Esperanza Aguirre a la cabeza, se está volcando en la defensa de la figura de José Millán Astray, fundador de la Legión y jefe de Prensa y Propaganda de la dictadura de Franco, para evitar que el Ayuntamiento de Madrid retire la calle que lleva su nombre en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica. La portavoz de los conservadores en el Consistorio considera que se está ignorando que el legionario "participó en asuntos sociales muy importantes" y que incluso fue a la cárcel "por impedir las matanzas o ejecuciones en Salamanca, o lo que fuera que estaban haciéndose allí".(sic.)
Estas son las cosas en las que todos sin excepción deberíamos ponernos de acuerdo. Mientras no estemos de acuerdo en estos temas de fondo, jamás se podrá avanzar democráticamente en un país como el nuestro. La retirada de la calle de Millán Astray, como otras muchas otras, no debería estar sujeta a debate. Hay una verdad objetiva que a algunos les sigue costando mucho trabajo aceptar.
Lo mejor para las calles sería ponerles nombres de objetos inanimados, de países, de ríos, de árboles.., y así no entrar en el eterno debate de quién o quienes son las personas que se merecen los nombres de las plazas o las avenidas.
Simplemente siguiendo el ejemplo de todos los países de nuestro alrededor, deberíamos obrar de igual forma y retirar todos estos vestigios de un pasado atroz que no merece ser recordado con el nombre de una calle, ni de una plaza, ni de una avenida.
El día que todos estemos de acuerdo en esto habremos dado un paso de gigante como país y como personas. Una España así seguramente no tendría los problemas de gobierno que ahora tiene, posiblemente sería cuando realmente mereciera los calificativos de grande y libre.
Lctr.
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