66 años de cárcel, sí, sesenta y seis años de cárcel, piden nuestras autoridades a estos sindicalistas por ejercer el derecho de huelga.
Su caso, explican, es un “claro ejemplo de persecución y criminalización del movimiento obrero” y, aunque critican la postura de la Fiscalía, responsabilizan sobre todo a la Policía. A Alcázar, el portavoz del grupo y el más veterano, no se le olvida cómo se fue cosiendo el retal que compone el proceso judicial. En su cabeza aún retumban las siete primeras puntadas, siete disparos al aire del arma reglamentaria de uno de los antidisturbios que intervino en las cargas policiales contra el piquete.
“Nunca podré explicarme por qué había dos furgones policiales en la puerta de una empresa donde no se ha había hecho una huelga desde 1998”, afirman los siete, casi a coro. La del 29-S era la primera reacción contra las incipientes políticas de recorte que habrían de aplicarse durante los siguientes años. La “desaceleración” de Zapatero ya era una “recesión” en toda regla, y los empresarios querían despedir a menor coste. La reforma laboral del 2010 abrió la puerta a ello, y la del PP en 2012 derribó la pared entera. Entonces no había mareas multicolores ni asambleas del 15-M ni movimientos sociales tan activos como los que se conocieron durante la siguiente legislatura.
Los sindicatos reaccionaron con un paro general y hubo más de cien detenciones ese día. Ninguna fue de la de estos ocho, aunque hubiera sido lo normal si agredieron a la Policía. “Nadie fue detenido en este piquete”, apunta Alcázar. Casualidad o no, los ocho imputados, por una denuncia de los agentes se corresponden con los trabajadores que pasaron por “el botiquín de la empresa, para curarse las heridas de las cargas”, explica. Todos menos él, que no sufrió ninguna, lo que le lleva a plantearse otra casualidad: Los ocho de Airbus son las personas que aparecían en las listas de las elecciones sindicales en la empresa. “Al día siguiente me llegó una citación para presentarme en el juzgado a declarar.
También les sorprende a los siete la buena memoria de los agentes. Dos años después de la huelga cada uno tuvo que posar junto a otros presos comunes en una rueda de reconocimiento donde los policías les señalaron, al parecer, sin dificultad. No tiene dudas Alcázar. Lo que pasó allí, en aquella explanada, no fue delito. Hubo un momento de tensión y “la Policía cargó de forma contundente y desproporcionada”. Tuvieron que justificar el uso de su arma reglamentaria de alguna manera ─prosigue─, y lo hicieron en forma de denuncias arbitrarias que ahora pueden costarles la cárcel a ocho personas “por el simple hecho de ser sindicalistas y participar en una huelga”.(PÚBLICO.es)
El único partido antisistema y radical que hay en España es el Partido Popular.
El PP se está dejando ver en todo su esplendor. Todos podemos comprobar sus formas dictatoriales, caducas, corruptas, y claramente franquistas, que lejos de proporcionar estabilidad y progreso al país van a terminar por hundirnos definitivamente en el fango. Sería un acto de responsabilidad y sensatez apartar a toda esta chusma de una vez por todas.
Lctr.
PS. mirad en lo que están los "otros"
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