Este año lo que se lleva es lo de caminar sobre las aguas o el Flyboard, por utilizar el nombre del aparatejo. La historia consiste en una serie de chorros que salen de una plataforma sobre la que pone los pies el usuario, y que le permite elevarse hasta siete metros sobre el espejo de agua del mar. Luego uno puede sumergirse, hacer piruetas o ir de un lado a otro con la ayuda de una moto de agua a la que va enganchado con una especie de manguera. Cuesta unos 5.000 euros, contando que uno ya tiene la moto de agua, y también se le puede incorporar por 1.200 euros un mando a distancia con el que mover la moto desde el aire sin necesidad de llevar un piloto.
McQueen ha vendido este verano unas 50 unidades, aunque cada día una decena de personas ha querido probar el aparato por el módico precio de 300 euros la hora de paseo. Los patinetes tienen las horas contadas, y muchas empresas que alquilan motos de agua en la isla, y que hicieron furor a finales de los 90, ya se han hecho con un aparato, así como muchos yates de alquiler de lujo como el nuevo entretenimiento para sus clientes.
Lctr (C&P)
2 comentarios:
Me compraré uno para el Caz.
Para acabar una noche de alterne gloriosa.
Sí, lo podíamos estrenar en la Pavera
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