lunes, 9 de junio de 2014

Test de Turing

Un ordenador consigue superar por primera vez el test de Turing

“¿Quiere comprobar si soy humana, o si soy lesbiana, señor Deckard?”. En una sala llena de humo, el personaje interpretado por Harrison Ford interroga a Rachel para distinguir si es efectivamente un ser humano o por el contrario es una replicante, un robot con conciencia e inteligencia indistinguibles a primera vista de una persona real. Es una escena de la película Blade Runner, que ha hecho famoso el test de Turing entre el gran público.

Pero para los especialistas en programación y para todos los aficionados a la tecnología futurista y los conceptos relacionados con la inteligencia artificial, el test de Turing no necesita que nadie ni nada lo dé a conocer. Basada en el desafío expresado por el matemático Alan Turing es una de las pruebas tecnológicas que más expectación ha levantado con el paso de las décadas, y que nadie nunca había logrado superar… Algo que podría haber ocurrido recientemente.



Hasta ahora, ninguna máquina había logrado superar con éxito el test de Turing, y no será por falta de incentivos. En el año 1990 se puso en marcha el Premio Loebner, un concurso anual para intentar resolver la prueba expuesta por el científico británico cuatro décadas antes. Aunque se repartieron algunas condecoraciones menores, el gran bote, los 100.000 dólares que se llevaría aquel que lograse superar el test, han pasado estso 24 años sin dueño.

Eugene es un chico ucraniano de 13 años, al que le gusta comer hamburguesas y dulces, y cuyo padre trabaja como ginecólogo. O eso es al menos lo que logró hacer creer al 33% de los jueces. Eugene Goostman podría reclamarlos muy pronto. Eugene es un chico ucraniano de 13 años, al que le gusta comer hamburguesas y dulces, y cuyo padre trabaja como ginecólogo. O eso es al menos lo que logró hacer creer al 33% de los jueces en una competición en torno al test de Turing celebrada el pasado sábado en la Royal Society de Londres, coincidiendo con el 60 aniversario de la muerte del genio matemático. Puesto que Alan Turing estableció que el 30% de los jueces debían ser engañados como mínimo para dar por superada la prueba.. (seguir aquí ELCONFIDENCIAL)

Lctr.(C&P)

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