martes, 3 de junio de 2014

Wake up, spaniards… Transition have you. Follow the white Elephant...























Pues sí amigos, es hora de despertar, la transición nos posee, esa suave modalidad de estado que nos fue introducida, implementada en nuestros cerebros, con ayuda de toda una gran confabulación internacional, que advirtió en nosotros al perfecto conejillo de indias para generar este gran experimento de simulación de democracia, está llegando a su fin.

Para tal experimento el elegido fue este señor que hoy abdica porque se lo han mandado hacer, no creáis que lo hace de "motu proprio". Y lo hace en un intento de seguir manteniendo este sistema de control, que tan buen resultado les ha dado a todos, en estos últimos cuarenta años. Este sistema operativo, corrompido en su base, que simula una ilusión de libertad para que todos sus componentes, nosotros, sigamos, en resumidas cuentas, aportando energia sin parar, y sin rechistar.

El momento elegido no puede ser mejor, un mundial de fútbol a las puertas para apaciguar a las bestias, y todo un complot de los medios de comunicación que ya están preparando el despliegue para la coronación de su hijo, el marido de la Leti. Entre partido y partido, entre Xavis e Iniestas, como el que no quiere la cosa, seremos testigos en todas las televisiones, revistas, y periódicos, de este traspaso fraudulento de poderes, de este cambio de microprocesador viejo, por uno nuevo de última generación.

Y aquí no pasa nada.

Es hora de dejar de seguir como borregos a este elefante blanco de la transición, este señuelo que nos ha sido estratégicamente colocado para nublar nuestro entendimiento, para conducirnos como ganado. Es hora de intentar variar esta historia, a sabiendas de que no hay manera de evitar lo inevitable,

Lctr.

PS. En la historia de España, la monarquía siempre se ha establecido mediante golpe de estado; incluso la actual, por el que dio Franco. En esta ocasión, sin triunfar, también se consiguió lo que se pretendía: la figura del Rey —«salvador de la democracia»— y la monarquía se consolidaron ante la ciudadanía (renta  de la que todavía sobrevive); la democracia se fortaleció (a costa de quedar sometida al miedo de la involución); el desarrollo del estado autonómico se paralizó temporalmente (por hacer peligrar, supuestamente, la unidad de España), y la grave situación política e institucional (achacada a la política de Suárez) se recondujo. ¡Todos felices! (Seguir artículo aquí)


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