miércoles, 2 de marzo de 2016

Se anima el cotarro

Hoy hemos podido ver un beso en el Parlamento por primera vez.

Después de la acertada y brillante intervención de Pablo Iglesias, persona que ha demostrado ser muy difícil de vencer dialécticamente, y ser "duro de roer" sobre todo para los cuatro "mindundis" y "mindundas" que tenemos en el congreso, después de su discurso, digo, ha hecho uso de la palabra Xavier Domènech con una alocución ejemplar, propia de otras épocas y de otros lugares, de cuando y donde los parlamentarios eran gente cultivada. Al terminar, Pablo Iglesias no ha podido esperar, se ha lanzado a felicitarlo, y se han fundido en un trompicado beso en el hemiciclo, ante la mirada del PP en primera fila que no se esperaban que estos chavales los fueran a mandar para su casa, y ahora lo ven cada vez más claro, y cada vez más cerca.

Al no saber como lidiar el toro, el candidato Pedro Sánchez ha optado por el golpe bajo y marrullero del terrorismo de ETA contra Iglesias, a lo que este le ha respondido con el nombre de Felipe Gónzalez y sus manos manchadas de cal viva (en alusión a los GAL). Todo el PSOE se ha sentido ofendidísimo y no dejaban continuar a Iglesias. Hasta el presidente Patxi López mandó callar de malas maneras al diputado, perdiendo los papeles, y tuteando a Pablo Iglesias como si se tratara de un mierdecilla en vez de una señoría como él. Una señoría sin corbata, sin chaqueta, nervioso en su estreno, pero no cabe duda que con más altura política que la mayoría de ellos.

Pues sí. Esta es la nueva hornada de gente libertaria que ha venido a abrir las ventanas del congreso para que entre el aire y ventile el olor de "farias" y de "sol y sombra", el olor de la laca y el traje de tinte, el olor de la vieja España. Esta es la gente que será capaz de llevarnos por otro camino.

Y si no son estos, seguro que abrirán la senda y despejarán la vereda...

Lctr.

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