sábado, 2 de octubre de 2010

Diseño de interiores

Siempre me ha gustado el edificio Capitol. El otro día vi un reportaje en la tele en el que hablaban de la cafetería del hotel Vincci, ubicada en la primera planta. Sólo vi unos segundos en los que alababan las magníficas vistas que tiene sobre la Gran Vía. Me picó la curiosidad y a los pocos días invité a tomar una copa a Beltrán, que sé que le gustan las cafeterías de hotel, sobre todo si tienen solera y un buen barman que prepare cocteles decentes.


Efectivamente esta es la vista que se puede disfrutar desde la primera planta. Yo tenía la esperanza de que pudiéramos sentarnos en una mesa y disfrutáramos de un bebercio plácidamente.
Craso error.

En primer lugar, la foto anterior tuve que hacerla tras correr las cortinas que cubren toda la cristalera. ¡Primer premio para el interiorista! ¿Qué hacer en un local con unas vistas privilegiadas? ¡Claro! Pongo unas cortinas y paso olímpicamente del exterior...
Los sillones los pongo de espaldas al ventanal, con un gran respaldo, para que si giras la cabeza no veas nada y además, por si te pones de pie, un bonito biombo.
Sofás de grandes orejeras, que aíslen al cliente y lo disuada de la peregrina idea de disfrutar de las vistas.

Para rematarlo, en el centro de la cafetería y ocupando el sitio más privilegiado, colocamos una mesa alargada, con una gran lámpara que sobresale del techo medio metro.

Maravilloso ¿verdad? Cuando le preguntamos al camarero para qué era la mesa, pensando que era más propia de un despacho de ejecutivos que de una cafetería, nos respondió que era para que la gente se sentara. Nos quedamos mirándola un rato sin decir nada, desde el estupor. Salimos del edificio y bajando hacia plaza españa nos acordamos de la familia del diseñador de interiores y empezamos a maldecirlo por habernos robado la posibilidad de tomarnos un buen copazo con la Gran Vía a nuestros pies.

Jm

4 comentarios:

lecter dijo...

Esto, querido Jm, es..
..impresionante o, mejor dicho..

IMPRESIONAN..ETE..ASÁ..

Ahora bien, pensemos.., el madrileño típico farfulero, está jarto de Madrí.
Este local está, en el medio de Madriz, para no verlo, para pasar unas horas "In Farfuli" antes de acostarse.

De verdad, no le encuentro otra explicación.

Anónimo dijo...

Grandes cerebros arruinando grandes oportunidades.

Pon un interiorista en tu vida y líbrate de los exteriores.
Qué modernos semos a veces.

En las autopsias de Chinchón también tuvimos que descorrer las cortinas para ver la plaza más bella de Esssspaña!!! (Aquí era algo más inocente, claro)



Rg

tilindriki dijo...

Es verdad, tenian que haber contratado a un exteriorista.

Anónimo dijo...

Por cierto, coloridas y buenas afotos, jm.

Rg