miércoles, 27 de diciembre de 2017

La Fuerza Renovada


Difícil misión tenía el director Rian Johnson para intentar encauzar el bodrio anterior de J.J. Abrams y dar una nueva visión al clasicismo e infantilismo recalcitrante de la obra de George Lucas. La misión era complicada pero lo ha salvado con un notable alto, que podrá llegar a ser sobresaliente si le dejan continuar en la siguiente entrega.

El director del catalogado como mejor capítulo de la historia de las series de todos los tiempos, "Ozymandias" de "Breaking Bad" (también dirigió en esta misma serie el genial capítulo "Fly") no debía defraudarnos, y al final no lo ha hecho, por más que se empeñen los fans incondicionales (e intolerantes) de denostar su trabajo en esta nueva entrega de la vieja saga.

(Spoilers a partir de aquí)

Reconducir el cuento tal y como lo había dejado Abrams era una tarea realmente complicada. Había que entrar con pico y pala y eliminar de raiz, y en otros casos modificar lo ya existente, para que la trama cobrara vida de nuevo e hiciera esperar con atención las próximas entregas. El resultado es un episodio de transición algo largo pero que mantiene el interés, y en el que se agradecen los giros efectuados que logran "modernizar" los contenidos caducos y rancios que la saga tenía en cuanto a guión de base.

Hacernos ver por primera vez que el lado oscuro y el lado luminoso pueden llegar a "tocarse" literalmente sin que salten demasiadas chispas, asumiendo que ambos forman parte de la misma vida y que, en definitiva, actuan como motor principal de la misma (filosofía antigua y oriental), es algo que se agradece y que se disfruta con la desaparición del absurdo "malo malísimo" introducido por Abrams, Snoke, que es eliminado sin concesiones de un certero tajo de espada laser. Gracias Rian. Tres cojones nos importa quién era ese y de dónde venía, ya que su papel no era más que la reafirmación de la aburrida distinción entre el bien y el mal de la que estamos todos un poco cansados. Un muñeco menos.

A todos se nos hace muy llevadera la introducción del humor en la saga. Un humor que nos lleva a tomar cierta distancia con la galaxia y eliminar el rictus serio de las últimas entregas. (Recordemos que la reina Amidala solo se reía en dos planos después de tres películas)

Es una maravilla ver a "Luke" tirando a tomar por culo la espada láser que le ofrece Rey, es lo mejor de toda la película, es el principio de una nueva "fuerza" no basada en gilipolleces propias del universo de las leyendas Artúricas de las que estamos todos un poco hasta los cojones.

Es un acierto también introducir a Benicio del Toro haciendo las veces de un "Han Solo" renovado y maduro, que nos ofrece unas explicaciones pragmáticas del mecanismo de la vida realmente eficaces que más quisiera para sí el mismísimo Yoda. Como siempre Benicio está excepcional aunque su papel se hace un poco corto. Veremos si continúa en la siguiente entrega. (todo apunta a que sí)

Los nuevos razonamientos sobre "la fuerza" que Luke le ofrece a Rey como algo propio de la misma física del Universo, quitándole protagonismo a los Jedi como últimos defensores de esa "magia" son también oportunos y acertados, nada que ver con el infantilismo de los "midiclorianos" de Lucas...

En definitiva, un buen remiendo de Rian Johnson que endereza la historia, y seguramente mejore la calidad de las siguientes entregas.

Lctr.

sábado, 23 de diciembre de 2017

Lo tienen todo...


La conclusión más clara que podemos sacar después de los resultados de ayer es única, nítida, y cristalina:

La izquierda tampoco suma en Cataluña.

Si nos fijamos en los resultados, y dejando atrás pamplinas como el independentismo, desde mañana mismo podría haber un gobierno de derechas en Cataluña con amplia mayoria absoluta (PDCAT 34, C's 37 hacen un total de 71, tres por encima de la MA.) De hecho estos dos partidos tienen muchas más semejanzas que diferencias, ambos abogan por la enseñanza concertada, por la religión católica, tienen iguales ideas en cuanto a como solucionar el problema laboral, no hacen ascos a los recortes sociales.., en fin, dos partidos de la democracia cristiana de toda la vida, con un puntito de Falange Española por parte de los de Arrimadas.

Mientras tanto la "izquierda catalana" se queda mirando con cara de gilipollas lo que está sucediendo. Por un lado ERC en su escalada de estupidez humana representada por Junqueras y Rufián no es capaz siquiera de vencer a la derechona catalana de siempre representada por su socio de descalabro Puigdemont. Por el otro tenemos a un PSC con demasiados esfínteres dilatados, y unos comunes que aunque a última hora decidieron cambiar el candidato no ha servido de mucho. Y luego está la CUP de la que actualmente desconocemos su ideología.

Está claro que aquí sale lo que el capital quiera, y el voto de la izquierda es meramente decorativo y propio del romanticismo. Ellos tienen los medios, la prensa, el dinero.., y al vulgo. También son suyas las empresas de los recuentos electorales. Lo tienen todo.

Y lo van a seguir teniendo.

Lctr.

jueves, 14 de diciembre de 2017

Las Nuevas Generaciones




"Veníamos de la comida de empresa, pero no estábamos perjudicados" 
 Silvia Charro

Lctr. 

miércoles, 13 de diciembre de 2017

Periodismo Ilustrado, Hoy de nuevo: Rosa María Artal


Su España les gusta.., ¿y la Europea?



A ellos, les gusta su España. Lástima que se la vengan a arruinar unos cuantos seres erráticos y descarriados. Les atarán corto. Ya lo hacen. Ha habido tropiezos. Nada que no puedan reconducir los medios concertados, tan expertos en el arte del “afinar” que, a menudo, se pasan produciendo más de un ecce homo. Puigdemont se marchó a Bruselas antes de ser conducido a la cárcel como varios miembros de su gobierno. Se pulió más aún la orden de búsqueda y captura con algunos trazos añadidos y, cuando se vio que la Justicia belga iba a darles un disgusto, se retiró la petición. Entraron en la nueva “figura” jurídica acuñada por Gonzalo Boye: el no prófugo. Si cruza la frontera, el cesado President catalán será detenido pero podría asentarse en Perpignan: España no le persigue en el extranjero. Para redondear el descrédito, el ministro Catalá pidió a Bruselas cambiar las euroórdenes. Le dijeron que no. Y al “corte” comunitario lo cubrió un tupido velo.

Pedro J. Ramírez, desde el ala ultramontana, el furor y la mano dura, se duele de que España haya hecho el ridículo internacional. Al sector de los permanentemente establecidos podía ponerle voz Ignasi Guardans, antiguo miembro de Convergencia: “Los Jueces belgas ya no tendrán la opción de opinar sobre un Código Penal y una sociedad política que ignoran. Acabó el show. O vuelve solo, o ahí se queda. Aplausos, Juez Llarena”. Tiene un punto: La justicia, universal, depende de “la sociedad política” a no ignorar. Rajoy y su amplia y bien seleccionada corte se aplauden de continuo porque cuanto hacen, lo hacen bien. Y los intelectuales tipo Pérez Reverte en lanzamiento de libro dicen que les da asco todo. Todo lo que no sean ellos. A ellos, en conjunto, les gusta su España. Ellos se gustan.


Se habla de Golpe de Estado. De varios. El españolismo feroz ve Golpe de Estado en Cataluña. Puigdemont y los independentistas hablan de Golpe de Estado hacia Catalunya. Algunos parámetros muy serios se han alterado en toda España a cuenta del conflicto catalán, ¿cómo se le llamaría? Bulle una tunda de Golpes sin sentido. O con demasiada intención.

Su problema es que fuera saben lo que pasa en España. Y obran en consecuencia. En el reparto de cargos internacional no nos cae ni uno. El último gran nombramiento fue el de Rodrigo Rato como Director Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI). Ya nos vale. Como para repetir. Dejó plantado el despacho justo antes de desencadenarse “la” crisis. Las críticas a su gestión fueron lacerantes desde dentro del propio organismo. Luego se descubrieron varios presuntos pasteles de corrupción en terreno patrio que aún no ha sentenciado la justicia. Tan rápida para unos asuntos, tan lenta para otros.


Mientras, acaba de ser elegido un portugués como Presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, un prestigioso economista, ex ministro, crítico con la austeridad. Un puesto que De Guindos no consiguió en pugna con Dijsselbloem. Portugués es el Secretario General de la ONU Antonio Guterrés. Y el vicepresidencia del BCE, Vítor Constâncio. Otro puesto al que aspira nuestro actual ministro de Economía. No son distinciones formales, influye en las políticas. Nunca hemos tenido tan poca representación internacional en puestos claves como con el gobierno de Rajoy. El último miembro español en el BCE fue González Páramo y acabó en 2012. En su día, España tuvo altos cargos comunitarios como Javier Solana, Josep Borrel, Almunia, o Enrique Barón, todos ellos del PSOE. Loyola de Palacio del PP, también. Ahora nos limitamos a Arias Cañete que, llegado con todo su bagaje que incluía hasta machismo de solera, no obtuvo otra cosa que una comisaría. Arías Cañete en Acción por el Clima y Energía -decisiva pero escasamente valorada- es toda la representación para la cuarta economía de la Eurozona.

En Europa, en el mundo, saben lo que pasa en España. No es posible ignorar la corrupción que suelta a diario su chapapote por distintos puntos del país. Y ya se revuelven hasta jueces que denuncian presiones. Son conscientes del autoritarismo desplegado por el PP y que no deja de dar señales de alarma. De este martes, la imputación por injurias al rey y a España por una pitada colectiva en un partido de fútbol.

Conocen la gestión que se ha hecho del conflicto catalán que debió abordarse con soluciones políticas. Las cargas policiales contra ciudadanos indefensos que pretendían votar en Catalunya el 1 de octubre fueron más reveladoras que decenas de artículos con argumentos. Lo saben desde Estocolmo a Wisconsin. Le pueden poner aquí todas las cintas de colores que quieran, es así. Diarios influyentes de la prensa internacional consideran que la justicia española no es independiente. Vuelve a ser imprescindible buscar información en el exterior menos contaminada que la local de los grandes medios. Es lo que hace de continuo el periodista Fernando Berlín. No se pierdan su resumen: La mano que mece la cuna judicial. Unas elecciones con líderes encarcelados son muy poco presentables en criterios estrictos, y aquí vamos por ampliar la jugada con más implicados. ¿No saben? Los independentistas hacían planes para lograr la independencia. 


Europa sin embargo apoya a Rajoy, comentan muchos. Sí, estos tinglados funcionan por sus utilidad, siempre hay gente que se aprovecha dentro y fuera del país. Lo tildas de asunto interno y termina por colar todo. Déjenme que les muestre un ejemplo gráfico. Varios países europeos cuentan ya con gobiernos de ultraderecha. Tras Hungría, Polonia entró en ese bloque. La UE empezó mostrando su “honda preocupación” por la deriva autoritaria de Varsovia. Ya saben que Bruselas lo primero que hace es “mostrar su honda preocupación”. Así llegamos al día que “ advierten”. Pasan a la fase de los proyectos: “ La UE estudia suspender el derecho de voto de Polonia”. Sigue la de los apremios: “ La UE concede un mes a Polonia para rectificar su reformas judiciales”. Para no precipitarse, se prolongan los plazos: “La UE concede tres meses a Polonia para rectificar su reformas judiciales”. Este viernes, Polonia aprobó esas reformas.

El problema no es, a pesar de todo, cómo nos ven fuera. España tiene la costumbre de vivir de espaldas al mundo. La dictadura de Franco fue la última en cerrar fronteras por décadas. Siempre encuentran un contubernio para explicarlo. El judeo-masónico a estas alturas ya no colaría, funciona mejor el maquillaje y la ocultación. El problema es la realidad interior. Una España pringada de corrupción y graves desajustes subsiguientes. Con un presidente que cada día suelta o hace un despropósito. Dice que quienes borraron los ordenadores de Bárcenas 35 veces hicieron “lo habitual” y les felicita. Se coge un spot de Marca España y se lo apropia para la campaña. Es su cortijo. Su España les gusta. A sus socios parece que también.


Rajoy y su PP están en el gobierno porque le apoyan Ciudadanos y la abstención del PSOE. El problema es lo que nos ocurre a los españoles bajo esta administración, por muchos que sean los paripés electorales. El problema son los medios concertados que atribuyen culpas al “enemigo” que minimizan para su bando con la ley del embudo. En corrupción. En sanidad y suma y sigue. El problema es una parte de la sociedad que se mueve por impulsos viscerales, capaz de reeditar las Cruzadas hasta con vencedores y vencidos. Una sociedad que deja pasar en cambio graves desajustes.

No es inocuo. Lo pagamos. Cuando un país se hunde con estas premisas tiene consecuencias. La España del PP y socios no presenta otro modelo productivo que depreciar la vida de los ciudadanos a quienes les toca el lado oscuro. No hay otro modelo de desarrollo y de futuro. El sálvese quien pueda como lema. Y esperen a su relevo Ciudadanos, si ocurre. Ya están condenadas hasta las pensiones que formatean suelos electorales productivos. Nos están quitando todo. Cuando su España no les guste, ya no habrá remedio.

Ha tomado la delantera una vez más la España que desprecia cuanto ignora, la que presume de lo que carece, la que tiene nueve cabezas embistiendo de cada diez como nos advertían voces sabias desde los confines de la Historia. Porque no toda nos manda a la Covadonga de la Reconquista. En tiempos de sociedades muy polarizadas, con una permisividad aterradora a la irracionalidad, sigue habiendo otra España por construir. 

Lctr. (C&P)

sábado, 9 de diciembre de 2017

Danger. Gefahr. Periculum. Ingozi. Arriskuan. Fare. Nguy hiểm. Pilikia. Hебяспека. Oпасност. . خطر


Cuidado.

Esto es la mierda.

Estos son los intelectuales de Falange.

Sí, aquellos personajes cuya intelectualidad y pensamiento caben en un orinal.

Pequeño y bajo.

Los que nos mandaron a la mierda hace 80 años.

Y parece que fue ayer.

Y no hemos aprendido.

Lctr.

Grandes Personas Humanas. Hoy: Virgilio Fernández


 Entrevista para el diario Público.es con el exbrigadista Virgilio Fernández (98 años)


El 18 de julio de 1936 fracasa el golpe de Estado militar y comienza la Guerra Civil. ¿En ningún momento pensó en huir de la guerra?

No y no. Yo no tenía nada que hacer en Francia o en América. Trabajaba en el Hospital La Princesa y nos enteramos a través de un cartel que hacían falta practicantes para el frente. Un muchacho de Alcoi y yo fuimos a la casa del Conde Duque, donde uno se enrolaba en el ejército. Enseñamos nuestro título de practicante y nos mandaron a Somosierra, a primera línea de batalla donde había muchísimos heridos. Después me mandaron con la Columna de Mangada y de ahí con los Brigadistas. Tenían muchos soldados, pero tenían poco servicio sanitario.

¿Por qué decidió un sanitario ir al frente?

Estaba afiliado a las Juventudes Comunistas desde los 14 años. Cuando comenzó la Guerra nos pidieron que ayudáramos y no lo pensé. Tenía la obligación de ayudar a ganar la Guerra, de defender a mi país del fascismo.

¿Cómo era esa España que usted quería defender del fascismo?

Era un país pobre. Tremendamente pobre. Con la llegada de la República se hicieron cambios, aunque no tan profundos como a nosotros nos hubiera gustado. Hubo un reparto agrario y había más igualdad a la hora de aplicar la ley. Con la República el señorito no siempre se salía con la suya y el trabajador no era siempre el culpable de todo. La España que nacía en 1931 era una España mejor que la que había antes. Aspiraba a ser más justa. Más noble. Pero seguía teniendo muchos problemas. Los cotos de caza, por ejemplo, seguían defendidos por la Guardia Civil. El rico podía matar 57 conejos por diversión y el pobre no podía ni cazar uno para comer. Teníamos un país de señoritos católicos que no faltaban a misa, pero que luego tenían tres casas con tres amantes.

¿La España de hoy sería diferente si hubiera ganado la República?

La España de hoy sería diferente. Seguro que sí. No creo que pasaran todas estas barbaridades que están pasando... Somos uno de los países con los sueldos más bajos de Europa. A mi me gustaría, por ejemplo, que si no hay trabajo pues que se repartiera. Que en lugar de trabajar ocho pues se trabajaran cuatro y que hubiera más tiempo para educarse, para descansar, disfrutar... Pero lo que estamos sufriendo se tiene que terminar. Me acuerdo un 14 de abril que me preguntaron en Sevilla que qué me gustaría. Y dije que me gustaría que la gente votara lo mejor para sí misma. Y volvió a salir el PP. No se cumplió mi deseo. Hay obreros que votan al PP.

¿Cómo explica eso, que haya obreros que votan al PP?

Hay unos medios de comunicación que se dedican a inculcar que todos los políticos son iguales, que todos engañan y que para qué cambiarlos si es mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer. Y después hay una educación franquista que mucha gente lleva dentro. Fueron 40 años. Con esto de Catalunya ha salido el fascismo que mucha gente llevaba dentro. Y es que la prensa... yo antes leía todos los días El País. Ya no puedo. Ahora me gusta leer Público y Eldiario.es aunque no me gusta que haya tantos insultos en los foros. En el foro de Público se insulta sin aportar razones. Eso no me gusta nada.

¿Y la derecha? ¿Encuentra alguna semejanza entre la derecha de 1936 y la actual?

Aquellos eran más bestias. Me acuerdo de un ganadero al que le mataron dos toros y a cambió fusiló a las 100 personas que habían comido carne de esos animales. En la plaza de toros de Badajoz la gente acudía a ver cómo se mataba gente. Me he preguntado muchas veces de dónde había salido tanta sed de sangre. En el campo republicano también hubo injusticias. Claro. Injusticias justificadas por años de humillaciones, discriminación, de morirse de hambre, años en los que si te quejabas entrabas en la lista negra y ya no encontrabas trabajo.

Ahora lo que creo que hace falta es que se pongan impuestos progresivos de verdad. Hasta el 90%. Los ricos como el dueño de Zara [Amancio Ortega] o el hombre más rico de México [Carlos Slim] no necesitan tanto dinero. Seguro que hay gente que trabaja para ellos, directa o indirectamente, solo por un plato de comida. Eso es muy injusto.

Y luego hay cosas que no cambian. Yo respeto mucho a Julio Anguita. Recuerdo que él dijo que si fuera presidente del Gobierno él sí respetaría la Constitución borbónica de 1978, pero que son esos mismos partidos borbónicos los que no la respetan. Ni el derecho al trabajo, a la vivienda, a la sanidad, a la educación... En eso la derecha no ha cambiado tanto. El pueblo tiene que dejar de ser ciego y sordo.

¿Cree usted que hay un despertar del fascismo?

No lo sé. Hay muchos chavales, de esos que van bien vestidos y arreglados, que en cuanto te descuidas te levantan la mano. Pero luego hay mucha que lo que hace es repetir lo que dice esa prensa de la que hemos hablado. Gente que repiten esos mensajes simplemente porque como tienen una casa ya se creen que son clase media e incluso capitalistas.

No me canso de decir que las clases medias son las que más sufren con este sistema. Se creen que tienen algo y se lo pueden quitar cuando quieras. Nos han metido en la mente que tenemos que tener un coche, un piso con aire y cocina nueva. Pero, ¿cómo se paga después si te quedas sin trabajo? Lo que tenemos es un gobierno de bandidos, un sistema de bandidos. Tenemos que cambiar, pero con votos. Hay que abrir los ojos y hay que dejar de votar los señoritos.

¿Se siente desilusionado con el mundo?

Me desilusiona que la gente no recapacite y cambie. Me desilusiona que los obreros voten por el Partido Popular. Me desespera que voten al malo conocido antes de dar la oportunidad al bueno por conocer. Podemos y debemos cambiar.

Me consta que ha mantenido encuentro con varios líderes de izquierdas como Pablo Iglesias o Manuela Carmena. ¿Cómo ve a la izquierda española?

Hay personalidades que me gustan mucho. He escuchado voces como la de Pablo Iglesias o Monedero. Y mi opinión siempre es que la izquierda tiene que estar junta. Unida. Tiene que llevar un programa de mínimos y ganar. Si en las próximas elecciones vuelve a ganar el PP tendremos otros 100 años de derecha y de perder el tiempo. Yo ya no lo veré. Pero me molesta pensar que no haya gente que recapacite. A mi el que más me gusta es Julio Anguita. Pero Pablo Iglesias tiene un discurso muy articulado y siempre es interesante escucharlo. No es el único. Hay mucha gente en España muy brillante dispuesta a trabajar por una buena causa. Creo que se puede ganar. Sí se puede.

¿Se puede ganar? ¿De verdad?

Sí. De verdad. Incluso con toda en contra. Hay que ganar y cuando se gane hay que ser demócratas con los demócratas y saber quitarse de encima a los fascistas. Yo ya no tengo la paciencia que tenía antes. Por ejemplo. Yo leía El País hace 20 años. Había cosas que no me gustaban, pero se podía leer. Ahora no se puede leer. Apesta. Se lo dije a un periodista que me quiso hacer una entrevista. ¿Cuántos millones se gasta el Gobierno en publicidad para que el mensaje que lanzan le favorezca? En México nos gastamos miles de millones en exaltar al ignorante que tenemos por presidente de la República.

Lctr. (C&P)

viernes, 8 de diciembre de 2017

Los prebostes de la memoria histórica

Está claro que los del Partido Popular se han erigido a sí mismos como los encargados y protectores últimos de la memoria franquista en España. Son los únicos que votan en contra y obstaculizan un proceso que debería ser natural en cualquier democracia civilizada. El proceso no es otro que el del restablecimiento de calles y plazas a sus nombres originales, o a otros que no tuvieran que ver con el cercano pasado fascista y, por supuesto, la merecida reparación del daño a las víctimas del franquismo.

Resulta curioso como la Presidenta de la CAM recientemente publicara este Tuit con motivo de la inauguración en Madrid de la exposición itinerante sobre el campo de exterminio de Auschwitz...

...donde indica expresamente que "recordar es necesario" y que "comprender es imposible".

Sin embargo Cifuentes y su partido parecen aceptar y comprender muy bien el genocidio fascista en España hasta tal punto de "olvidar por completo" el dolor causado en cientos de miles de familias cuya única "pretensión" es localizar y enterrar a los suyos, así como hacer desaparecer los vestigios en monumentos, calles, y plazas, de aquella atrocidad que fue el golpe de estado del 36', impidiendo incluso la condena de aquel acto deplorable.

La defensa del Partido Popular de todo lo relacionado con la "consevación" de la memoria del bando vencedor, ha llegado a extremos surrealistas en los que se ha hecho necesaria la intervención europea para retirar del cementerio de la Almudena monumentos en homenaje a los mismísimos nazis alemanes...

Mientras países como Argentina ya están dando pasos firmes para condenar los crímenes de su dictadura con sentencias ejemplares para compensar y reparar los daños, aquí en España el partido del gobierno no solo no se da por aludido sino que está favoreciendo claramente y defendiendo las posturas preconstitucionales de aquellos que nos sumieron en las sombras de la historia.




















Está claro que hasta que no se solucionen todas estas importantes cuestiones nos va a ser imposible pensar que vivimos en un país digno.

Lctr.

jueves, 30 de noviembre de 2017

Ciento cincuenta y cinco


Ayer en el programa de Wyoming "El intermedio", Joan Manuel Serrat acudió para ser entrevistado y a la vez para hacer también un poco de chufla con el presentador, interpretando a dúo en tono de humor la canción "Amigos para siempre" en un intento de lanzar un simbólico "pelillos a la mar" a las audiencias.

Durante la entrevista pudimos ver a un Serrat ambiguo, parco, titubeante, y excesivamente cauteloso en las respuestas. Un Serrat incómodo con los temas que allí se trataban intentando zafarse en todo momento de expresar una opinión clara y utilizando en su lugar sentencias generales, ideas difuminadas, y "plurales mayestáticos"...

No es que esperáramos otra cosa diferente. No esperábamos un mitin, ni una arenga, ni la "crítica de la razón pura" pero, coño, Serrat, tampoco nos esperábamos esto. Al menos podrías haber abierto un poco la ventana, aunque fuera un resquicio, que arrojara un hilo de luz hacia las tinieblas que nos rodean en este país.

Como bien afirmaste en una parte de la entrevista "uno ha de mirar por lo suyo", y podemos estar de acuerdo, pero también compartirás conmigo que si cada uno "mira por lo suyo" a lo mejor no queda nadie que "mire por lo nuestro" y viene algún avispado y nos lo roba todo, y nos deja en pelotas, como así han hecho, y quieren seguir haciendo, los "gobiernos" de nuestro país que también miran por lo suyo...

Bien es verdad que la vejez hace a las personas discretas, como es natural, pero también debería hacerlas más tolerantes y sabias. Las hace necesarias para que con sus criterios experimentados ayuden en lo posible al buen funcionamiento de las sociedades. En este momento grave por el que atravesamos hacen mucha falta vuestras opiniones, vuestro parecer, vuestra ayuda

 y no se os está viendo a ninguno.

No creo que sea un ejemplo de la baja condición, de la baja estofa, que tiene nuestro país a nivel general, incluyendo a sus artistas e intelectuales. No lo creo. Más bien parece cosa de que vosotros y vuestras opiniones también estáis secuestrados.

Hace tiempo que os aplicaron el 155..

Lctr.

domingo, 26 de noviembre de 2017

Periodismo Ilustrado. Hoy: Luis García Montero


Para buscar mi infancia, Dios mío… Recuerdo este verso de Federico García Lorca que utilizó Blas de Otero en un poema dedicado al autor granadino. Con ese poema, participó Blas en un homenaje a Federico celebrado el 5 de junio de 1976 en Fuente Vaqueros. Era el primer gran acto de memoria republicana que podía celebrarse en Granada. Pero todavía estábamos bajo el peso burocrático y policial de la dictadura. Manuel Fraga Iribarne, ministro de la Gobernación, concedió media hora para las intervenciones y llenó los secaderos de tabaco con los uniformes grises de la policía armada. Media hora de libertad después de 40 años de dictadura, dijo Manuel Fernández-Montesinos, sobrino del poeta e hijo de un alcalde socialista también fusilado.

Blas de Otero recordaba en su poema, con la flexibilidad cronológica de la memoria, que cuando tenía 13 años conoció al autor de Bodas de sangre. Estaba de paso por Bilbao con la actriz Margarita Xirgu. Releer el poema me emociona, porque la mañana del 5 de junio de 1976 tuve yo la oportunidad de conocer a Blas de Otero en un acto previo al gran homenaje. Los estudiantes universitarios se reunieron con él y otras personalidades en el Hospital Real. Admiraba y admiro mucho a Blas de Otero. Mi formación poética cruzó la adolescencia con las Canciones y Poeta en Nueva York de Lorca, y luego con Pido la paz y la palabra de Blas de Otero. Cuando me acerqué a saludarlo, arrastré la timidez y la emoción en los labios. Se me ocurrió decirle que por gente como él quería dedicarme a la poesía y estaba en un acto como ese. Era un acto organizado por la sociedad civil que se movía en el entorno del Partido Comunista, un homenaje a un poeta ejecutado por el franquismo. Blas sonrió, me acarició el pelo y murmuró: “¿por gente como yo? Espero que algún día puedas perdonarme”.

Si admiro y aprendo de los poetas más jóvenes que yo es porque me eduqué en la admiración de mis mayores. En buena medida, esa es la dinámica de la escritura, una herencia que da pie a nuevas generaciones, una palabra recibida que se abre al futuro a través de la perpetua actualización de los jóvenes.

Me gusta pensar en la idea del tiempo que funda la literatura: el tiempo como relato, el presente con dimensión histórica. El capitalismo lo mercantiliza todo, lo convierte todo en objeto de consumo. Los cuerpos, los empleos, las horas de ocio o de trabajo, la política, todo es un objeto de usar y tirar, todo se produce con una fecha de caducidad en el ritmo acelerado de la especulación. El entusiasmo mercantil del presente borra la memoria, cancela el compromiso con el futuro y deja vacío de significado el instante. En el mundo de lo instantáneo, lo de ayer se olvida hoy porque nada de lo que se vive o se siente nace para ser respetado.

Los herederos de Fraga Iribarne están hoy en el gobierno. Una de las grandes debilidades de la izquierda española es que ha sido incapaz de establecer un diálogo generacional. Durante años, los viejos no tuvieron más afán que el de perpetuarse y no quisieron perder el control de una parcela cada vez más pequeña. Cuando la realidad estalló en sus manos desvinculadas del mundo, surgió ante ellos una juventud adánica, dispuesta a creer que se lo estaba inventando todo, porque no tenía nada que ver con sus mayores. Los viejos cascarrabias pensaron que los jóvenes eran tontos; los jóvenes sin memoria se abandonaron al espectáculo de las coyunturas, lo instantáneo y su propia caducidad.

El diálogo generacional es lo que constituye una comunidad, lo que consolida una palabra en el vértigo del tiempo. Me he acordado del Blas de Otero que recordaba a Federico García Lorca porque creo significativo que dos viejos como Manuela Carmena o Julio Rodríguez hayan adquirido protagonismo en la joven izquierda madrileña. Es una buena noticia. A los herederos de Fraga Iribarne sólo pueden derrotarlos los herederos de la libertad. Espero que algún día sepamos perdonarnos.

Lctr. (C&P)

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Será por Series...


Nuevo producto de Netflix recién estrenado. Basado en la novela del mismo título de Petra Hammesfahr y muy bien llevado y adaptado por el director estadounidense Antonio Campos, que ha hecho un trabajo impecable de ritmo e imágenes, pulcro y aseado.

Si añadimos a Jessica Biel como protagonista que además de guapa realiza una excelente interpretación, no queda más remedio que ponerse a verla.

Ocho capítulos de 40 minutos.

Lctr.

domingo, 19 de noviembre de 2017

Los nuevos Comics

La proliferación de las nuevas plataformas de TV de pago que han hecho multiplicarse como churros el número de series disponibles, han facilitado que los contenidos que antes estaban reservados exclusivamente para las artes gráficas y el mundo del Comic ahora se encuentren disponibles en formato hd en cualquier pantalla, tablet, o incluso en los móviles.

Ejemplo de ello es esta deliciosa "The OA" de Netflix, que reune los contenidos mágicos y esotéricos de los buenos viejos comics, y nos hace pasar unos ratos muy entretenidos de solaz esparcimiento.

En la misma línea tenemos el producto de HBO "The Night of" excelente miniserie cuyo único cometido es el entretenimiento sin mayores espectativas, con un trabajo excelente de John Turturro.

Sin entrar en detalles sobre las mismas, para no desvelar nada, son productos altamente recomendables para pasar esos ratos de la vida existentes entre el trabajo, la cama, y el cuarto de baño.

Aunque a veces, como pasaba con los comics, uno no se resiste a no llevárselos consigo incluso a los aposentos mencionados.

Lctr.


miércoles, 15 de noviembre de 2017

Solo sucede lo que puede suceder (Crítica)


Julio Castro La República Cultural

“¡Eh! ¡Muchacho! ten cuidado contigo mismo / somos seres débiles / y nos inoculan una enfermedad / a edad temprana / que arrastramos toda la vida”, exclama Antonio Sarrió. Está exhortando a cualquiera y a nadie, es uno de los personajes o personas de la obra que Cambalero Teatro desarrolla a partir del texto de Carlos Sarrió. “…el problema del sentido de la vida es que a nadie le importa una mierda. Salvo a media docena de ‘pensantes’ que a duras penas hacen de esa búsqueda su trabajo. Al resto de los mortales nos basta con que venga alguien y nos lo explique…”, dice en otro momento la persona que encarna Begoña Crespo.

Una especie de habitación que casi se ha convertido en un pequeño desván de objetos dispares, la mayoría de otros tiempos, como una máquina de escribir, o un tocadiscos, sillas de varios colores, una mesilla decorada, una estantería con objetos inconexos que se almacenan. Una caja con discos que saldrán de su funda, una radio… un diseño al estilo vintage que parece albergar y alberga un pasado personal que trasciende para alojarse en lo colectivo, en lo social. Entorno al contenido, el público, a cara descubierta, porque todo forma parte de una intención.

El texto de Carlos Sarrió no se monta en personajes, sino en cuatro personas verbales para un enorme poema que desgrana la dinámica de millones de vidas: yo, tú, él, nosotros… Porque lo cierto es que configura espacios de análisis que se mueven en la escena por aproximación a lo que pueda sentir cada persona del público, de manera que las acciones corresponden a los hechos más que a las palabras. La compañía parece montar una especie de acción colectiva (sí, teatro, pero cercano a lo más tangible), como si instaurase una revolución próxima a un 15M, en el que un trayecto vital que abarca a tanta gente, deja sobre la mesa todo lo que podamos analizar.

“…le preguntaron si la realidad existía y aquel físico bajó del escenario y se sentó en los escalones y dijo: ‘las cosas… suceden…’” dice la persona de Eva Blanco. Está en las entrañas del texto, porque parece una evidencia, pero Sólo sucede lo que puede suceder, desde su título es un análisis poco habitual de la evidencia que se ignora para vivir sin muchos problemas, o para poder ejercer lamentos colectivos sin cambiar nada. Y no es que el montaje o el texto propongan cambios de manera evidente, sino que exploran y exponen. “Y vas armado por la calle y en los bares y en tu casa con un boli y una libreta y anotas escribir poesía es como estar enamorado un viaje a lo desconocido y te dices escribe imbécil que para eso has venido”, dice el texto al poco de abrir el fuego e, inevitablemente, me siento muy próximo a esa posición, sin culpa ni castigo, pero me miro.

Media el texto cuando Julio C. García ataca otra realidad tangible que escondemos en la trastienda cada día: “estábamos desahuciados / con los muebles en la puta calle / y aunque las madres contaban dulces cuentos / los niños no se los creían / miraban con ojos como platos sus cosas / al lado de la tapa de la alcantarilla / la tele encima del colchón / las lágrimas contenidas / y ahora qué -se preguntaban- / a esperar tiempos mejores”.

Como en otras ocasiones, el texto y la acción física no tienen ese reflejo parejo de un teatro clásico instrumentado hacia la necesidad de ordenación consuetudinaria, sino que el movimiento hace lo que hace, encuentra cabida y acoge al texto. Hay menos diálogo aparente que en otros trabajos, para transformarse en acción descarnada, que se asocia a lo que conviene en cada momento, en lo que se amolda a un significado adecuado. De esta manera, la poética y la prosa se salvan dentro de su estructura, mientras que la acción escénica se adapta a otra realidad y no siempre hace de intermedio comunicador entre el contenido del autor y el público, sino que, al contrario, propicia que el propio público se aproxime a la versión que necesita darle a su contenido.

Sus personas / personajes, parecen no comunicarse entre sí, pero la realidad es que forman parte de un todo, en el que comunican con el público, en una forma de convergencia muy diferente. Es de esperar que encontraremos hay puntos de conexión más evidentes entre todas las partes presentes en el montaje, de manera que se alcance un punto final desde el que lanzarán al espectador a su propio espacio, con una diferencia: ahora acompañado del conocimiento de que otras personas también tienen esa necesidad, esa a la que nos hemos atado en el recorrido de esta evidencia.

Estamos ante un texto crítico, que se ve potenciado por la puesta en escena. Su desarrollo sugiere casi desesperación en ciertos pasajes, pero no entra en un callejón sin salida, sólo avanza en realidades, porque parece sugerirnos que, si la vida nos ha traído hasta aquí, se demuestra que estamos vivos, y abarca pasajes tremendamente analíticos, tanto en su parte poética como en la prosa intermedia: “Este tipo de conceptos negativos son fundamentales para un sistema social basado en la dominación por medio de la mentira. Lo ‘normal’ es algo indeterminado que nos mantiene a todos a raya para que nadie sea como es realmente. Es uno de los pilares fundamentales de esta arquitectura de mentiras que hemos tejido entre todos y que llamamos sociedad o civilización”.
Cabe también un descarado acercamiento “la institución prefiere trocear a las personas.
‘Divide y vencerás’. Para una institución una persona es: consumidora / estudiante / trabajadora / paciente / cliente / votante / activista / creativa / emprendedora / parada / jubilada…este despiece es uno de los pilares de la dominación que necesita el sistema económico ‘antes llamado capitalista’”, como podemos comprobar, sin dejar de lado la ironía o la parodia textual en la denuncia.

Poco a poco descubrimos cómo estamos tratando de la vida pasada, de la imposibilidad de regresar, pero sí de elegir dentro de la propia elección, de escoger lo que queremos hacer, incluso, aunque todo finalmente pase. No encuentro tanto desasosiego o lamento, como necesidad de evidenciar para ponernos en guardia de lo que somos, de lo que permitimos. Luego, ya, “que alguien ponga un poco de música… o algo”.

“y en las calles arderá nuestra indiferencia
en grandes hogueras
los trajes de Armani correrán desesperados intentando
conseguir cobertura para sus iPhone inútiles
los voceros del régimen dirán que no
que así no
que la violencia es legítima solo si vienes de familia bien
que esos ruidos son inadmisibles
que ya no se oyen a sí mismos
en esos discursos interminables
llenos de odio y cadáveres blancos e inocentes
nada detendrá esa corriente
ese río de desesperación desatado
con inexplicable exactitud
extirpará cánceres de las calles y de los púlpitos”

Es de lo más potente que he podido presenciar y leer en los últimos tiempos. Y creo que es precisa la doble mirada, la de la puesta en escena dirigida por Carlos Sarrió, y la del texto que ofrece nuevas posibilidades. Cualquiera de ellas puede ser independiente, pero ambas enriquecen la mirada y la opinión desde un teatro diferente y desde un texto a su medida. O al contrario.
Julio Castro

"Solo sucede lo que puede Suceder" es la nueva obra de Cambaleo Teatro. Con textos y dirección de Carlos Sarrió, e interpretada por: Eva Blanco, Julio C. García, Begoña Crespo, Antonio Sarrió, y Carlos Sarrió.






miércoles, 8 de noviembre de 2017

La intervención



















La delirante intervención de las cuentas de uno de los Ayuntamiento que no solo cumple con el gasto, sino que en cada ejercicio aprovecha para pagar la deuda sideral dejada por sus predecesores, nos deja a todos asombrados.

Curiosamente cuando el Ayuntamiento era el epicentro de obras faraónicas, presupuestos inflados hasta doscientas setenta y dos veces de su valor en algunos casos, y del despilfarro sin control, Montoro no decía nada.

Y es que el Ayuntamiento de Madrid siempre le sirvió al PP para financiar las empresas de sus amigos con nuestro dinero, y desde que Carmena es la alcaldesa no pueden hacerlo.

Por ello se valen de métodos más propios de regímenes autoritarios que democráticos para continuar robando, importándoles tres cojones la vida de los ciudadanos, y prestando toda su atención al dinero que dejan de llevarse.

Esta es la realidad de esta vergüenza de gobierno que tenemos. Llevan seis años sin hacer nada más que llevárselo crudo, y cada intento que surge de organización sensata, o de gestión limpia, no dudan en desbaratarlo y destruirlo.

Su cometido se asemeja al de una infección. Un virus que lobotomiza a la ciudadanía y que se expande por todos los rincones del país (y del mundo) arrasando todo a su paso.

Todavía hay vida detrás del PP, estamos a tiempo. 

Si nos demoramos demasiado no quedará nada.

Lctr.

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Periodismo Ilustrado. Hoy: Rosa María Artal




Puigdemont da una rueda de prensa en Bruselas con 7 de sus consejeros, como estrategia de defensa y buscando ganar la batalla de la imagen. En 4 idiomas además, para desesperación de los monolingües. El aguerrido españolismo les llama cobardes desde la barrera. Tras aplaudir con pasión la petición de delitos que, como sedición y rebelión, más parecen decimonónicos. Vivimos tiempos de alta épica y poca racionalidad. Con extremos que se inscribirían incluso en el sainete de no ser por sus dramáticas consecuencias. La independencia de Cataluña ha sido el detonante que permite ver el profundo deterioro del poder y sus valedores. El Régimen del 78 se derrumba y amenaza con arrastrar cuanto encuentre a su paso. Los síntomas son palmarios, nadie ya se molesta ni en disimularlos, a pesar de esa exultante reafirmación que pretende ignorar los fallos estructurales. 


Tenemos a un presidente de Gobierno que pasa por ser en los medios un “brillante estratega” por haber convocado elecciones en Catalunya, tras destituciones sumarias, en lugar de enviar los tanques. Al menos de momento. Un Gobierno sustentado en un partido al que la acusación pública considera “plena y abrumadoramente” implicado en la corrupción de la Gürtel. Prepararon el desembarco desde Abril, sin advertirlo y sin desarrollar el artículo 155. Contamos con un Fiscal General del Estado reprobado por el Parlamento, extremo que ahora ni se menciona. De su nivel de madurez puede dar idea el nombre dado al documento de las querellas contra Puigdemont y Forcadell: “Más dura será la caída”. Puigdemont en Bruselas ha hecho especial mención del hecho que le han servido en bandeja. En el Govern que enamora a la derecha hay varios ministros del Gobierno central reprobados también. Y la presidenta de allí, vicepresidenta aquí, se ha librado -pese a su gestión incendiaria y torpe del conflicto catalán- por sublimes intereses de Estado. De estado electoral, en la práctica. El maquiavelismo en fascículos hace furor esta temporada.

Las manifestaciones españolistas de Barcelona les han dado la vida. La calle puede ser muy mala o muy buena, según quien la llena. Los medios se han lanzado a una desenfrenada carrera dominada por la opinión, no información, como si se tratara de una cruzada. Igual lo es. También están muchos de ellos en el barco que se hunde. Se leen artículos impensables. A lo más tirado del infraperiodismo le ha salido una dura competencia. ¿ Saben aquel que diu que independentistas y Podemos tienen “ cerebros de gallina”?

En las concentraciones, van de la mano defensores de la unidad de España, ultraderecha, falangistas, y destacados miembros del PSOE o del PSC, incluso un ex dirigente del PC. Todos caben en la Constitución, nos dicen las crónicas. Menos los soberanistas. Nunca pudieron ni pudimos imaginar llegar a verlos en esas compañías, ese flamear de banderas rojigualdas a su paso, esa sed de triturar al disidente. Su participación decisiva en una involución histórica aprovechando la coyuntura en Catalunya.

Y ya no falta más que la campaña electoral, otra campaña electoral con los mismos tópicos y trampas. Estrategias tan repetidas que estragan a cualquiera que tenga al menos dos dedos de frente. Ese afán de poder, de preservar o ampliar el número de sillas, mientras los problemas se enquistan. No han resuelto nada. Se niegan a entender que Puigdemont y cuanto defiende no quiere hacerse perdonar, ni congratularse con sus opositores, juega sus cartas. Guste o no, es su estrategia. Y ha vuelto a descolocarles. Y le castigan con ineficaces insultos. Andan reivindicando una valentía de torero en la plaza y no la que exige -a otros- vivir entre tantos condicionantes y atropellos consentidos. El independentismo no nació ayer, ni ha muerto hoy. Una sociedad polarizada como la catalana exige algo más de cordura en la resolución de sus conflictos. La política española, tan bonita, está hecha un eccehomo.

El PP, pringado hasta lo indecible, ofreciendo a un xenófobo como Albiol de modelo. Ciudadanos desaforados en busca de mano dura y cargo. El PSOE, inmerso en contradicciones, reivindicándose como “la” izquierda y exaltado por sus periodistas sin medida. Verán, no es ser de izquierdas abstenerse en el Tratado de Libre Comercio CETA para que salga adelante. No es de izquierdas vetar que el SAREB ceda pisos de su stock a un fondo de viviendas sociales. No es de izquierdas apoyar al PP, ni tragarse reprobaciones y hemerotecas. Zapatero, que empezó bien sus gobiernos, fue reconducido en años. Sánchez lo ha sido en meses. La de Zapatero representó una potente espoleta de demolición.

El 78 se hunde. Y su más temible enemigo en el conjunto de España no es siquiera el independentismo, es Unidos Podemos, sobre todo Podemos. Seguimos en el mismo bucle. Vivían en su Arcadia feliz hasta que, sin advertirlo siquiera, estalló la indignación. Cualquier periodista que quisiera verlo, se enteró. Venía de atrás, pero la gran estafa fue aprovechar la quiebra del sistema financiero para instaurar un modelo económico y social mucho más duro. La gota que colmó el vaso. Era un clamor, era angustia y desesperación de muchas personas, por eso estalló el 15M.

Nadie quitó el sitio a una izquierda que no lo ocupaba ya. No somos mercancía en manos de políticos y banqueros, se enarbolaba como lema esencial. Que se lo pregunten a las víctimas del fraude de las preferentes y las clausulas abusivas que aquellos gobiernos autorizaron y consintieron. Más aún, siguen amparando las trabas a su devolución. Está pasando ahora mismo.

Hicieron abdicar al rey Juan Carlos para tratar de mantener el estatus. Felipe VI, con una buena acogida, tuvo la oportunidad de ser un monarca moderno y cercano a los problemas de los ciudadanos, que no súbditos. Sus intervenciones políticas y próximas al PP le han marcado para bien y para mal.

Es cierto que la sociedad vive momentos de exaltación patriótica. Producto en buena medida, como suelo mantener, de algo tan poco ejemplar como la xenofobia que les inspiran los catalanes. Hasta TVE la fomenta en prime time. Un soufflé que bajará. Las banderas son el contenido que representan. Y se les ha colado una levadura que reivindica, con cánticos al sol, la más negra y perniciosa historia de este país. Ignorados o permitidos, con sin igual irresponsabilidad.

Fuera de extremos tan radicales, se advierte que muchas personas prefieren la unidad de España y el respeto a esas leyes, a que les defrauden con otras normativas incumplidas. Prefieren que les roben y les engañen si tienen sujetos a los díscolos. Ni la deuda pública por las nubes, ni los trabajos precarios, ni el incierto futuro con las pensiones importan si Puigdemont es encarcelado y los catalanes son vencidos y humillados en justo castigo a la actitud que tanto les irrita. Siguen pensando, en definitiva, que PP y PSOE “no les representan”, pero nada es comparable a esa unidad de España que defienden. Una actitud viciada en origen.

Para muchos ciudadanos –y es un tema clave- Podemos, en este momento, no está respondiendo a las expectativas que le otorgaron cinco millones de personas. Es verdad que gran parte de ellas no engullen los mensajes de los medios de propaganda y seguirán votando esa opción. De ahí que continúe en los medios el síndrome obsesivo compulsivo con Podemos y sus dirigentes. Diario. Su postura ha sido a favor de un referéndum con garantías, todo lo demás es mentira. Como la de Podem, a cuya dirección ha cesado Madrid a pesar de ello en controvertida decisión. Conflictos tambien hay. Si Podemos evitara los vicios que lastraron a otros partidos, al menos no carga con pesadas herencias por mucho que les atribuyan hasta la pérdida del paraíso terrenal.

El problema es serio. En distinto grado, se han quemado políticos y partidos, sobre todo lo partidarios de atrincherarse y que nada cambie. No se le ve solución fácil. Lo último, seguir atizando el fuego con potentes cargas de irracionalidad . Más dura será la caída enarbola la Fiscalía del Gobierno, mientras reparte delitos de enorme envergadura. Oigo a Martín Pallín, Fiscal emérito del Tribunal Supremo, decir que criminalizar los votos en un Parlamento debilita la democracia. Es la apuesta de PP y sus socios. Había caminos menos drásticos. Pero da votos. Aquí y ahora. A ellos y a sus voceros les vale, serán los primeros en ponerse a salvo si el edificio se derrumba. Hay salida pero no desde el toril embistiendo, sino usando la cabeza.

Lctr. (C&P) 


jueves, 26 de octubre de 2017

Periodismo Ilustrado. Hoy: Javier Gallego



 VIVA ESPPAÑA


Hay que ver la España que están dejando los del “viva España”. Para entrar a vivir. Deje de mirar a Cataluña por un momento y mire el dedo que la señala y la mugre bajo esa uña. Mire la roña que sale de ahí cada vez que escarba la justicia. Está acabando el primer juicio de la Gürtel -una trama con más temporadas que una serie de Netflix- y aunque TVE lo oculte, ha quedado “abrumadoramente” acreditado, según la fiscal, que el PP tenía una caja B, que recibía donaciones a cambio de obra pública, que Ana Mato y el partido nacional se enriquecieron con los negocios de Correa, que Rajoy los conocía pero se hizo la infanta y que L.B era Luis Bárcenas que era Luis el Cabrón, el de la fortuna en Suiza patria querida.

Deberían llamar Ginebra a la calle Génova. Allí ha puesto estos días el PP un pendón de España cubriendo de arriba abajo la sede reformada con la caja B. Eso es lo que se llama tapar las vergüenzas con la bandera. Se quejan cuando alguien se limpia el culo con el trapo nacional, pero ellos se limpian el dinero negro y como si nada. A la derecha le sale siempre bien la maniobra de distracción patriótica. Cada vez que gritan vivas a España es porque están evadiendo a Panamá.

Se les llenan la boca y el bolsillo con la patria a la que saquean con la mano con la que no agitan la banderita. Mientras nos daba clases de derecho constitucional, el gobierno presentaba esta semana el presupuesto en Sanidad y Educación más bajo de la democracia. El PIB sube pero el dinero para prestaciones sociales baja. Aunque dicen que hemos salido de la crisis, alguien tiene que pagar el rescate a los bancos y no van a ser los propios bancos, faltaría más. Hazme una rebajita, Mariano. Claro que sí, guapis.

De nada han servido los años de movilizaciones contra los recortes. Han seguido ahorrando donde más habría que invertir. En el futuro. Esta semana leíamos que el CSIC ha perdido un 14% de su plantilla desde que gobierna Rajoy, más de 1800 trabajadores. Ésta es la España del PP, un país al que apenas vienen profesores extranjeros porque no encuentran incentivos en nuestras universidades, según señala un organismo de la Comisión Europea. Y ahora sal ahí fuera y canta “yo soy español, español, español”.

Pues yo también soy español, español, español y estoy harto de un Gobierno que da lecciones de legalidad mientras se salta las leyes, que da lecciones de neutralidad informativa a los catalanes mientras manipula impunemente a los españoles, que esgrime la Constitución mientras abandona a los ciudadanos más desfavorecidos, que se envuelve en la bandera de España al mismo tiempo que maltrata a nuestros médicos, científicos y profesores. Harto también de los partidos que apoyan y sostienen a esta organización ultracorrupta y lo hacen en nombre de la democracia. Harto de los que salen a defender la patria pero votan a los ladrones que la han arruinado. Harto de los que gritan “a por ellos” a sus propios vecinos mientras jalean a los políticos que vienen a por nosotros.

Claro que sí, guapis: ¡Viva Esppaña con capital en Ginebra y embajada en Génova!


Lctr. (C&P)