miércoles, 31 de agosto de 2016

Investidura


Marrullero/a: Que aparenta amabilidad, buena intención o debilidad para beneficiarse de algo o conseguir cierta cosa. Poco de fiar.

Lctr.

PS.

Pablo Iglesias bien, pero es una pena que siendo tan buen orador, se pierda levantando puños y elevando consignas pretéritas e infantiles, que no vienen a cuento, y que permiten réplicas fáciles y eficientes por parte del marrullero Rajoy, que hacen que su discurso pierda todo su valor político.  

Xavier Domenech, como siempre, impecable. Es un placer oir su discurso tranquilo, argumentado, con su acento catalán suave y a la vez contundente. Todo un fichaje para este parlamento decadente de estos últimos años donde la incultura prevalecía sobre todo lo demás.

A Garzón le falta un hervor.

Joan Tardá hoy me ha gustado. El especialista en meterse en jardines intrincados y laberintos de difícil salida, hoy se ha enfrentado bien a la sinrazón que Rajoy representa, ha medido sus palabras y ha tendido una mano a Pedro Sánchez por un gobierno del cambio.

Pedro Sánchez, por su parte, hoy ha demostrado con su discurso atropellado y dubitativo, escrito por otros, que está atado de pies y manos. Por la cara que le he visto, seguramente en estos días de votaciones a lo mejor unos cuantos de su partido se abstienen (se necesitan sólo seis) o se van a tomar café, o se equivocan al dar al botón, y hacen de nuevo presidente a Rajoy.

En cuanto a Rivera..., dejémosle que siga "uniendo puntos".

lunes, 29 de agosto de 2016

El bien de España


Este es el bien de España que Albert Rivera nos propone mantener. El mismo Albert que en sus dubitativos inicios nos argumentaba esto...



Un chaval preparado para mentir y engañar, y diseñado, generado, y dispuesto "in extremis" por los sectores de la sociedad a los que les vendría muy mal un cambio verdadero de rumbo en las políticas, prefiriendo el actual sistema clientelar de amiguetes que hasta ahora les ha ido tan bien.

Esto es lo que hay.

Lctr.

lunes, 22 de agosto de 2016

Manzanas Podridas


Viene de JotDown
Escrito por Fernando Otalquiaga

Queremos elegir. La libertad para escoger es un valor, uno de los faros de Occidente, que se potencia desde la más temprana infancia, ya sea tierna o no, ya sea inocente o no. Quieres hacer el favor de no hacer ruido, hijo, que estoy discutiendo con tu madre y la madre de tu madre, que estoy tratando de salvar una futura vida en familia y son las tantas de la mañana y cualquier noción de equilibrio que pudiera tener la abandoné hace tres horas y siete daiquiris, y ya era menos que precaria por aquel entonces; quieres bajarte de la mesa de cristal, aunque no sea de Bohemia —ni siquiera es de Arija o alrededores— niño, cojones y coño y ya pero eso no se dice, o es que acaso buscas hacerte daño, vamos al parque, a casa de los abuelos, al museo del ferrocarril, vamos a la cárcel o a un orfanato para que veáis de lo que os habéis librado y lo que os podría esperar, y así todo, día tras día, escogiendo qué hacer y qué dejar de hacer, qué llevarse a la boca y qué rechazar, todo porque algún psicólogo loco y austriaco decidió no marcar indeleblemente el futuro de los niños, incluso de los bebés lactantes y los prematuros, y propuso librarlos de la estricta autoridad materna y paterna, y lo escribió en un libro más gordo que las memorias de un ministro de Napoleón, y lo llamaron ciencia. Porque a ver, chaval, quieres hacer el favor o no, o es que quieres que me enfade.

Elijamos, pues, lo que nos plazca. Nos aseguran los gurús de los mercados que cuantas más opciones tenga el consumidor, mejor será para él, y ya tenemos bien aceptadas esa y más chaladuras similares que han salido de la escuela de Chicago y otras fosas abisales, aunque cualquiera que se haya visto enfrentado a un menú chino de ciento cuarenta y siete platos o a la carta de vinos de un restaurante con aspiraciones gourmet las podría refutar sin dificultad. Pero en esas estamos, y ya ni siquiera es necesario imponerle una religión a nadie. La religión organizada está de capa caída, y de entre todas las decisiones que nos bullen en la cabeza como justo castigo por haber abrazado la libertad como bien supremo, la más decisiva, la más importante, aquella cuyas consecuencias, si tomamos la decisión equivocada, solo seremos capaces de revertir experimentando un auténtico Armagedón interior, es la compra de un ordenador personal o cualquier otro de esos dispositivos poseedores de un sistema operativo más complejo que los enlaces neuronales de muchos ganadores del Premio Nobel de Física. Y la decisión equivocada —y malvada— es comprar alguna maldición fabricada por Apple.

Un grupo de neurocientíficos —que más tarde pediría ser citado como «los expertos»— espoleados por la BBC y su programa de televisión titulado Secrets of the Superbrands, un programa del que solo en los días más soleados podemos imaginar sus contenidos sin echar a perder todos los argumentos que teníamos a favor de una televisión pública de calidad, buscó a quien podríamos considerar el ayatolá de los productos Apple. Lo encontró en la figura de Alex Brooks, editor por entonces de la revista World of Apple, alguien que sin rastro de rubor alguno proclamaba que pensaba las veinticuatro horas del día en los productos de la marca de la manzana, lo atrapó sin esfuerzo haciéndole seguir el rastro de un prototipo —falso— de un iPhone 7 repintado en una nueva tonalidad entre magenta y turquesa y atado a una cuerda de nylon de la que tiraba todo un equipo de forzudos bielorrusos hasta llegar de esta guisa, cada una de las partes fingiendo que no había sido vista por la otra, a una nave industrial de las afueras de Brixton. Entonces, una vez reducido y llegando los implicados a la conclusión de que todo podría haberse solucionado de una manera más sencilla, pero que entonces no habría supuesto una experiencia Apple, entre todos introdujeron al editor tarado en un TAC con el objeto de ver qué le pasa por la puta cabeza a un fanático de los cacharros diseñados en Cupertino. Para ello le mostraban productos tecnológicos de la compañía y registraban la gama de colores que representan las reacciones de los distintos hemisferios cerebrales, llegando a la conclusión de que es exactamente la misma que la producida cuando se le muestra, por ejemplo, una imagen de la virgen de Fátima al ministro del Interior de España o una cruz en llamas a los seguidores del Ku Klux Klan. De ahí a demostrar que los usuarios de Apple son acólitos de una secta rara, solo quedaba encontrar un periodista sin escrúpulos y un titular a veintisiete columnas.

Es la libertad de elección la que nos ha conducido, unos pocos años después, al monopolio que tanto temíamos pero que sabíamos inevitable según nos lo indican las leyes del mercado. Una contradicción que solo nos incomoda a los que resistimos al otro lado como adoradores del Satán informático Windows, los que permanecemos fieles al dominador original y Señor Primero. No hay tercera vía. Los sacristanes del Linux, como es sabido, se extinguieron debido a la incapacidad congénita para tener relaciones sexuales tan característica de cualquiera que sepa teclear dos líneas de código. Google hace décadas que se desintegró en una dimensión perdida de Calabi-Yau durante un experimento relacionado con la tecnología de la nube. Y hoy, ante la entrada de una yurta de las montañas más frías e inhóspitas del Kirguistán, una fila uniforme de pastores nómadas espera desde hace horas a que abran las puertas de la Apple Store que por fin lleve a este rincón del mundo, el último que quedaba, la completa magnificencia y vacuidad de una vivencia Apple. Todos lucen fulares de cachemir y sombreros o gorros de una geometría y dimensiones que estarían fuera de lugar incluso en los cafés más abiertos de mente del East Village. Sus barbas están cuidadas y recortadas con una perfección aparentemente descuidada que recuerda a los jardines ingleses más memorables. Han ido un paso más allá. Son conversos. Discuten con pasión el último anuncio de la marca; es un nuevo ejercicio de imaginería zen, filmada en distintas gamas del blanco, algunas imperceptibles para el ojo de cualquier mamífero conocido, en la que un clon del famoso diseñador industrial Jony Ive nos vende la nada. Es la postinformática.

La fila avanza, han corrido las cortinas de acceso. Todos ellos, sean interrogados al respecto o no, se definen como creadores, pues cada año se compran puntualmente el nuevo modelo de MacBook Air, aunque no lo usen jamás salvo para hacer esas cosas que bien podrían solucionar con un vulgar 386 de hace cincuenta años. Muchos operan frenéticamente con sus teléfonos móviles hasta que, apenas unos minutos después, se quedan sin batería y buscan como yonquis desdentados a alguien que les pueda dejar un cargador compatible, ya inencontrable incluso en los bazares judíos del Brooklyn más profundo, aunque saliera al mercado hace apenas medio año. Pasan por delante del tríptico que representa la fundación de la sociedad originaria que formaron, durante apenas una semana, Steve Jobs, Steve Wozniak y el malhadado Ronald Wayne, el Pete Best de la informática —de la religión— que vendió su participación por un plato de lentejas y terminó sus días comerciando con sellos filatélicos en algún lugar de Nevada, siempre rezando a cualquier dios que un Blue Mauritius, o un tres Skilling amarillo sueco, o al menos una serie, aunque fuera incompleta, de la Jenny invertida cayera entre sus manos, para así poder llamar a sus antiguos socios y contarles que son millones en acciones los que tiene ahí estampados.

Pasan por delante, recogen sus paquetes de nada y salen a buscarme. Porque me buscan. Ansían mi botón de inicio, y en cualquier momento darán conmigo y me exhibirán como el monstruo que he sido. Como el terror que les amenazaba en las noches de trabajo con cuelgues inesperados y formateos involuntarios. Como el impuro que los plagaba de malware y otras cosas aún peores. Como un representante de la misma hegemonía que ellos representan, y que en su día asesinaron en el nombre de la libertad para elegir. Miradme todos, porque voy a desaparecer de la faz de la Tierra en el justo momento en que pulsen Ctrl+G y le pongan fin a todo esto, a esta pesadilla de impostura y perfección tecnológica, a este devenir hacia los teclados impolutos y las pantallas de altísima resolución. Miradme bien, recordadme bien, porque soy un Lenovo de 32 bits y yo sí que seré leyenda.

Lctr.(C&P)

domingo, 21 de agosto de 2016

Golpe Bajo


Definición 1: Un golpe bajo es aquel que se da por debajo de la cintura y que se encuentra prohibido en el boxeo; en el habla coloquial se utiliza para marcar la acción malintencionada que viola las normas del trato social. 
Por ejemplo: "El presidente del gobierno en funciones elige las fechas de investidura para que los comicios tengan lugar el día de Navidad asestando un golpe bajo a la democracia."

Este es el estilo marrullero de un presidente indecente y de un partido de delincuentes. Estas son las formas arrabaleras que se gastan este hatajo de sinvergüenzas y ventajistas. No obstante, la elección de fecha tan señalada, a lo mejor les puede explotar en la cara. Veamos otra definición...

Definición 2: El voto rogado es una modalidad de sufragio en la que el elector potencial se ve obligado a "rogar" que le sea concedido el derecho a voto. Desde enero de 2011, los ciudadanos españoles residentes en el exterior, están obligados a "rogar" su voto. La reforma de algunos artículos de la legislación electoral española (pactada por el PP y el PSOE, con apoyo externo de CiU) abrió la puerta a una práctica que, desde un primer momento (Elecciones autonómicas de España de 2011) demostró tener unos efectos devastadores en la participación electoral de los emigrantes y expatriados españoles. La abstención creció en todas las consultas por encima del 90% del censo.

Puede que la fecha elegida no sea tan mala. Todos sabemos que los que están lejos de España suelen volver a casa por Navidad. No creo que les cueste mucho, en ese día de asueto por antonomasia, acercarse un momento a los colegios electorales para ejercer un derecho que les había sido arrebatado.

Gran cantidad de personas no van a votar porque siguen empadronados en sus pueblos de origen y viven en otras ciudades. El día de Navidad seguro que volverán al pueblo y podrían acercarse en un momento a votar.

A los demás creo que tampoco nos costaría demasiado. El día de Navidad, habitualmente con todo cerrado, a lo mejor se convierte en un día activo. Si os tenéis que desplazar a ver a la familia podéis dejar el voto por correo.

Lctr.

sábado, 20 de agosto de 2016

La bella y la bestia


Está claro que hay otra manera de hacer baloncesto.

Otra manera igualmente efectiva de cara al resultado, sin necesidad de un físico desmesurado, ni de desproporcionada potencia. Hoy los de Scariolo, con un Gasol cojo, con un Mirotic fallón, con una bomba envejecida, y un equipo sin sus valores completos, ni su mejor momento de forma, han plantado cara a toda una bestia como es EEUU. Una defensa impecable ha logrado parar la apisonadora anotadora de los Duran, Jordan, y Butler. Lástima que no acompañó el tiro ni la forma física de los de España. Si hubieran entrado, estaríamos hablando de otra cosa.

Como decía Krahe, "No todo va a ser follar...", ni todo va a ser machacar ni intimidar. Esta generación de oro que ya llega a su fin, ha demostrado que en este deporte de la canasta, existen otras vías y otras maneras para resolver una contienda de baloncesto. Formas distintas que algún día darán fruto, y que ya han sido sembradas por todos estos, en su día chavales, que sorprendieron al mundo con su juego hábil, elegante, y novedoso. Unas maneras que los llevaron directamente a todos a formar parte de los mejores equipos del mundo, en los que han tenido mejor y peor suerte por no poder desarrollar su juego con plenitud, cosa que solo consiguen cuando están juntos.

Sirvan estas palabras para animar, ensalzar, aclamar, y felicitar a todos estos chicos, ya hombres, que tantos buenos ratos nos han hecho pasar con su manera tan bella de afrontar este deporte dominado por las bestias.

Gracias chicos.

Lctr.

jueves, 18 de agosto de 2016

Los grandes de la comunicación


Sin duda los verdaderos protagonistas de los grandes eventos deportivos son los periodistas. Lumbreras que una vez cayeron en alguna redacción y que por su negación e incompentencia para con la profesión, fueron relegados a los deportes. Ellos son los artífices de frases como "Va a comenzar la prueba de los diez metros vallas.." "Aquí tenemos al submedallista ólimpico.." ó "Fermín no mires patrás que la victoria está delante..."

Es el caso de Paco Grande, malo de solemnidad, que después de sus inicios en el fútbol y el ciclismo fue reconducido a deportes minoritarios como el Karate, el Judo, o el Taekwondo, de los cuáles pese a ser el comentarista oficial, no tiene ni puta idea ni se ha planteado tenerla. Ayer mismo decía en la retransmision del taekwondo: "Nico.. (por Nicolás García medallista olímpico) tú aporta la parte técnica mientras yo me dedico al sentimiento.."


Qué decir de Sergio Sauca o de María Escario, impertérritos, que encima ahora se atreven hasta con valoraciones personales y políticas... “Un Orlando Ortega que no olvida que esa medalla de plata que consiguió de madrugada se la debe a España, que le ha permitido participar en estos Juegos Olímpicos y que le ha permitido alcanzar su máximo rendimiento como deportista..” nos comentaba ayer el gran Sergio Sauca, como si Orlando Ortega no hubiera puesto nada de su parte en la consecución de la medalla. Todo se lo debe a España. Pensará Sergio que todos son como él, que todo se lo debe a TVE y a España sin haber puesto nunca nada de su parte.

Por supuesto ninguno explica por qué Mireia Belmonte después de Londres 2012, encontrándose sin equipo, sin patrocinio, y desorientada, en esta España que tanto ayuda a sus deportistas, estuvo a punto de dejar la natación siendo rescatada in extremis por la Universidad Católica de Murcia, organismo privado en extraña connivencia con el Comité Olímpico Español, que recluta a deportistas de manera privada pero con dinero público del COE. (Estas cosas del PP y de "Murcia qué bonita eres"..)

No nos olvidemos de Rafael Recio, compañero de estos, aquel que nos decía en la subida a L’Alpe d’Huez en el Tour de Francia de 1990, que Pedro Delgado dejaba escapar a los líderes Lemond y Chiappucci porque había preferido esperar a su compañero Abelardo Rondón.

Estos son los grandes comunicadores oficiales del Reino de España, buenos viajes, buenos sueldos, y una incompetencia extrema. Llevan toda una vida confundiendose y confundiendonos a todos, pero ahí están, no hay nadie que los reemplace.

Lctr.



martes, 16 de agosto de 2016

Los decentes


Benjamín Prado
infolibre

Su técnica consiste en que el bosque no deje ver los árboles y su discurso en convencernos de que nos inventamos lo que nos pasa: es mentira, a ustedes no les han bajado los sueldos, nadie los desahucia y nadie limita sus derechos; como su propio nombre indica, los ERE que se han multiplicado hasta el infinito con nuestra reforma laboral no destruyen los empleos, sólo los organizan; los contratos que hacen nuestras empresas son casi siempre fijos; en nuestros hospitales no hay listas de espera; la desigualdad no ha crecido; apostamos por la enseñanza pública y aquí no hay emigrantes.

Su plan es no tener ninguno y que eso nos haga pensar que con él y los suyos al mando todo es posible. Su disculpa para justificar el modo en que el partido que dirige nos roba y vacía una a una nuestras huchas y cajas fuertes es que sus delitos no son los de una banda organizada, sino los de un grupo de tiradores solitarios, y en repetir todas las veces que haga falta que el mensajero siempre es el culpable, de forma que recibir sobres de dinero negro, por poner un ejemplo entre muchos posibles, no sea culpa de quienes los aceptan sino exclusivamente del que los reparte. No es un cirujano, es la enfermedad, y por eso no busca vacunas contra la corrupción, sino anestesias. En su restaurante sólo se sirven ruedas de molino. Su retórica es profundamente antidemocrática, se fundamenta en mantener contra viento y marea, truene o llueva, que en España los únicos votos que importan son los que se le dan a él y por lo tanto cualquier alianza entre otras formaciones que le pueda sacar de La Moncloa es casi un golpe de Estado. Como consecuencia, su único mensaje a la población es una advertencia: si no nos sientan en los escaños azules, los rajamos; si les dan a otros el timón, hundimos el barco.

Y ése es, a grandes rasgos, el hombre que al parecer debe volver a ser de forma obligatoria presidente de nuestro país, según algunos porque en cualquier otro caso sería peor el remedio que la enfermedad, como si ésa no fuera una de las frases más estúpidas que se han inventado. A partir de esa idea, quienes la defienden tratan de convertir las medicinas en veneno, las soluciones en amenazas y la posibilidad de hacer real el cambio que pidieron mayoritariamente los ciudadanos en las urnas, en un peligro. Lo que se hace aquí y allá con Podemos, sus escaños y sus seguidores, es de juzgado de guardia: a estos, ni agua, hay que recluirlos en un gueto, hacer como si fuesen invisibles, ponerlos a los pies de los caballos, deslegitimar sus argumentos, pintarles una cruz en la puerta, compararlos con terroristas, decir que son sicarios de las peores dictaduras, que ocultan un cuchillo en la manga, que pretenden implantar un régimen totalitario, que son unos comunistas de KGB y archipiélago Gulag. No hay nada como ponerse a aullar para hacernos creer que viene el lobo.


La esquina más sombría de todo eso no está en Génova, sino en Ferraz, en esa parte del PSOE que insiste en que cualquier desgracia sería un mal menor al lado de la que supondría compartir el poder con Podemos, aunque se trate a todas luces de una formación mucho más cercana a su ideología y la de sus militantes de lo que puedan serlo Ciudadanos o el PP. Nadie les discute que es legítimo que tengan precauciones, que defiendan su posición como fuerza hegemónica de los progresistas e incluso que en algún caso se muevan estratégicamente hacia el centro para impedir ser adelantados por la izquierda. Pero aquí no estamos hablando de eso, sino de permitir que continúe en el gobierno no la derecha, sino este Partido Popular en concreto, una formación que va camino del banquillo, que ha protagonizado escándalos monumentales en estos cuatro años de legislatura y que adoptó en ese tiempo medidas que aparte de empeorar la vida de millones de personas, de engañarnos y de minar la clase media, han abierto un enorme precipicio entre unos pocos y casi todos y a continuación han volado los puentes, porque parece muy claro que sus leyes no persiguen otro fin que exprimir a los pobres y favorecer a los ricos, que se llevan las ganancias y le hacen pagar los errores a sus víctimas, que es justo lo que ha ocurrido con los rescates bancarios que algunos vendedores de humo, por añadidura, tienen la desfachatez de negar que se hayan producido.

Es de suponer que Pedro Sánchez y los suyos, si es que lo son, habrán tomado nota de la ductilidad, por darle el nombre más amable de todos los posibles, de Rivera, que parece no ver el día en que el mismo PP del que antes renegaba forme un nuevo Gobierno con el que pueda volver a las andadas. Si lo han hecho, los socialistas aún tienen la posibilidad de hacer aquello a lo que habían venido, que no era otra cosa que a desalojar al PP de la Gürtel, la Púnica, Bárcenas y demás. Sin embargo, los días pasan y casi nada se mueve. Y el presidente en funciones sabe que en su caso no hay nada que le lleve más lejos que la inmovilidad. Hay dos formas de llegar primero a la meta: ser el más rápido o que los otros se paren. Me temo que eso último es lo que está pasando aquí.

Lctr. (C&P)

lunes, 15 de agosto de 2016

La tontuna


"Cuando la gente me pregunta acerca de Bolt digo que podría ser el atleta más grande de todos los tiempos. Pero con alguien que corrió 10,03 un año y 9,69 el siguiente, si no te lo cuestionas en un deporte que tiene la reputación que tiene ahora, eres un tonto. No digo que (Bolt) esté haciendo nada, pero no me va a ver a mí diciendo que es grandioso para que dos años más tarde sea atrapado."
 Carl lewis

«Si piensas que las marcas de Bolt las hace sin ayudas, eres tonto. Eso sin ayudas es imposible. Puede haber algo nuevo, algo que va por delante en el mundo del dopaje... «La temporada pasada han aparecido lesiones frecuentes en algunas estrellas que han competido muy poco, como el mismo Bolt...»
Manuel Pascua 
Entrenador "Operación Galgo"

Lctr.(C&P)

Por qué...?

Por qué..?

Por qué tenéis que hacer estas gilipolleces. A santo de qué viene esta felicitación. Estamos hasta los cojones de compañeros y camaradas que no traen más que la ruina. Qué tipo de valores representa Fidel, cuál es la victoria que persigues, victoria de quién, y sobre quién.

Entre vosotros y los fachas vais a acabar con todo. Para cuándo una España moderna y sin idioteces.

Seguramente nunca.

Lctr.

domingo, 14 de agosto de 2016

Esa boquita...


Parece que fue ayer, y de hecho fue hace pocos días, exactamente el 21 de Julio, coincidiendo con un partido preparatorio de la selección española de baloncesto contra Lituania del que salió derrotada, cuando Rimas Kurtinaitis, viejo conocido del baloncesto español declaró: “Es vergonzoso saltar a la cancha en tan mal estado de forma”. “No se renuevan. Van con los mismos nombres de siempre”.

Gracias "Kurti", gracias por tus palabras que han servido para que tu selección se lleve la peor paliza de todos los tiempos de la historia del baloncesto contemporaneo. Vosotros que habíais ganado todos los partidos y os las prometíais felices, gracias a tus palabras de aliento, habéis sido literalmente aplastados por los que no se renuevan y van con los mismos nombres de siempre.

Porque la crítica no está reñida con el respeto. Respeto hacia unos jugadores que han marcado un antes y un después en el baloncesto Europeo, unos jugadores que lo han ganado todo desde juveniles, que han destacado en la NBA aportando frescura y un enfoque renovado de este deporte, y que han abierto un nuevo capítulo en la concepción del baloncesto moderno.

Lctr.

miércoles, 10 de agosto de 2016

Los seis Mandamientos

Son tantas las ganas de pillar cacho de este joven Rivera que, donde antes decía que no pactaría con Rajoy bajo ningún concepto, ahora cambia de opinión lanzando unas propuestas risibles para formar gobierno como sea por el bien de España.

Ni qué decir tiene que en las condiciones de Rivera no se ven reflejadas por ningún lado los temas de fondo que atañen a la sociedad española. Son una simple colección de "mandamientos" superficiales que nada dicen de la educación, de la sanidad, de la tributación, de los recortes, ni del gasto social.

Una floritura más en este país de la luz y del color con el que hay que acabar como sea.


Lctr.

martes, 9 de agosto de 2016

En qué cabeza cabe...


No voy a hablar aquí de la situación actual del gobierno de la nación en la que parece ser que, o sale lo que el Partido Popular tiene pensado, o tendremos que ir a las urnas hasta conseguirlo, utilizando para ello cualquier tipo de argücia sin importar la legalidad, ni la democracia. 

Me gustaría saber, viendo ahora las Olimpiadas de Río, si todavía queda alguien en España que pensara que la candidatura de Madrid a los juegos de este año no era más que "otra jugada" del partidito popular para conseguir sus fines urbanísticos en la capital. 

Porque admitiendo que las adjudicaciones de JJOO no son más que chanchullos del COI para elegir el sitio donde se puedan sacar las mejores tajadas, hay que reconocer que después de ver esto...



















































en qué cabeza cabe que nosotros pudieramos competir con esto...



































Hay que echarlos.

Lctr.