Perdonadme si me extiendo un poco.
Debo comentar sobre el experimento de los péndulos colocado más abajo que es falso. No falso en el sentido de trucado, sino falso en el sentido de que los osciladores sólo se acoplarán todos perfectamente EN CONDICIONES IDEALES, es decir, de temperatura, de vacío, de rozamiento, etc. En condiciones normales se llegarán a acoplar durante un tiempo al unísono, pero un ligero cambio local de estas condiciones llevará al traste el acoplamiento y vuelta a empezar.
¿Qué quiere decir esto?. Básicamente lo siguiente:
Todos los experimentos de la ciencia física que hemos estudiado en el colegio y posteriormente, algunos, en la Facultad, SOLO SE CUMPLEN A RAJATABLA EN CONDICIONES IDEALES.
En estas condiciones, todas las fórmulas cuadran, todo concuerda, y generamos así un mundo maravillosamente explicado. Pero que sólo SE PARECE al mundo real, y además, de una forma, a mi entender, bastante grosera.
Algunos miran el experimento de los péndulos y se maravillan de la sincronía y del perfecto ensamblaje que parece tener la naturaleza, no dudan en matricularse en Física para aprehender el mundo que nos rodea, y se convierten así en unos iluminados semejantes a los profetas religiosos. Crean un mundo FALSO, auto-explicado, y se quedan contemplándolo, extasiados, igual que un mandril mirándose al ombligo.
La realidad nos ofrece un mundo completamente diferente. Y más interesante si cabe.
La grandeza del experimento de los péndulos no es que al final todos se muevan al unísono, bailando al compás, NO, la grandeza del experimento radica en que NO SE CUMPLE AL CIEN POR CIEN en la vida real. Hay sutiles variaciones, FALLAS DE SINCRONÍA puntuales, DESAJUSTES.
Este estrecho pasillo, este estrecho margen llamemos de "libertad", que nos deja la naturaleza, es el camino que ha seguido pacientemente la materia que llamamos viva, en este único planeta, de momento y que sepamos, en el que se ha desarrollado.
Si uno mira atentamente las fotos de los cristales cúbicos de sal y pirita de hierro que he colocado aquí, no podrá dejar de asombrarse. No parecen obra de la naturaleza. Al menos no de esa naturaleza rasadora, niveladora, que nos pintan. Parecería que la obra de la naturaleza tendría que ver más con el material amorfo que rodea los cristales. Pero no. La naturaleza permite también estas caprichosas estructuras.
Los cristales, en todas sus formas, son el verdadero "Homo Antecesor". Son la prueba de la existencia de una INTENCIÓN, de un desajuste intrínseco de la ecuación. Este desajuste genera nuevas formas naturales que parecen competir con las leyes físicas, parecen ir a la contra. Esa aparente sinrazón es la vida.
Por ese estrecho pasillo de desajustes entre los osciladores, la vida se ha abierto camino desde el cristal de pirita hasta este que os escribe y vosotros que lo leéis. Además fijaos donde estáis leyendo esto, una pantalla de luz en la que se lee y se escribe y se dibuja y se calcula y, que ha no mucho tardar, tomará consciencia de su existencia.
Perdón por el sermón.
Lecter.
1 comentario:
Interesante, Anibal. Yo tengo una visión distinta en algunas cosas. Un día suelto mi sermón.
Carlos.
Publicar un comentario