Los 104 estudiantes que se licenciarán en Medicina en la Universidad
de California en Irvine (UCI), en 2014 lo harán sin haber abierto un
libro de texto en cuatro años. Literal. Lo que no quiere decir que no
hayan tenido que leer y estudiar, y mucho. Lo que a ellos y a otros
colegas de carrera en otras universidades en EEUU ahora les ocurre es
que están sustituyendo definitivamente los clásicos escritos soportados
en negro sobre el blanco en el papel por las nuevas tecnologías de la información táctiles, móviles y ubicuas que forman el universo de las tablets.
Cada alumno del "curso del 14" -como llaman a los estudiantes que
entraron los últimos años de su carrera en la Facultad de Medicina de la
UCI en 2010- recibió al completar la matrícula un Ipad. Los profesores
les aseguraron que ese sería el soporte de toda su formación en el
futuro. Que allí estarían digitalizados los textos que fueran a
necesitar, los podcasts de las clases -previamente grabados-, los vídeos
de las lecciones magistrales que antes necesitaban siempre presencia
física, los links a las grandes revistas científicas que tendrían que
consultar y hasta los cuestionarios para que se autoevaluasen. Allí
estarían prácticamente todos los materiales formativos que durante
cientos de años se han usado de una forma analógica.
Les dijeron también que no tuvieran miedo porque los tablets no iban a
hacer desaparecer la relación directa entre profesor y alumno, al
contrario. Que la tecnología aportaría más tiempo para impartir seminarios presenciales en los que se potenciaran el diálogo abierto entre unos y otros.
Los resultados, dos años después del comienzo de lo que entonces se
consideró un experimento con un poco de riesgo, han sido formidables. La
nota en los exámenes que está llevando a cabo esta
generación de tecnoalumnos es un 23% superior a las que han obtenido
promociones de alumnos anteriores. Los expertos opinan que el subidón se
debe a las tabletas. Porque, salvo ese elemento, no ha variado ningún
otro parámetro. Ni las notas previas al ingreso, ni el examen que
tuvieron que hacer los estudiantes, ni el coeficiente intelectual, ni el
esfuerzo; nada.
Lctr (C&P)
PS: No conviene invertir en papeleras, es más, a ver si van cerrando todas.
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