viernes, 2 de agosto de 2013

Philip k. Dik

Mis vacaciones las estoy regando con novelas de jim thompson y de philip k. Dick. De este último he sacado unos fragmentos de un ensayo que escribió en 1978 y que creo que vienen al caso y os pueden interesar

CÓMO CONSTRUIR UN UNIVERSO QUE NO SE DERRUMBE DOS DÍAS DESPUÉS

Siempre fue mi esperanza cuando escribía novelas y relatos que preguntasen "¿Qué es la realidad?", encontrar algún día la respuesta. También era la esperanza de la mayoría de mis lectores. Pasaron los años. Escribí unas treinta novelas y un centenar de relatos, y todavía no entiendo qué es real.


hoy vivimos en una sociedad en la que falsas realidades son manufacturadas por los medios, gobiernos, grandes corporaciones, grupos religiosos y políticos – y existe el soporte electrónico por el que enviar estos pseudo-mundos a la mente del lector, el espectador, el oyente. A veces, cuando veo a mi hija de once años ver la televisión, me pregunto qué le están enseñando. El problema de la interpretación; considéralo. Un niño pequeño ve un programa de televisión hecho para adultos. Probablemente no entienda la mitad de lo que se dice o se hace en el programa. Quizás no entiende nada. Y el quid es, ¿cuán verídica es de cualquier forma esa información, incluso si el chico la entendiera? ¿Qué relación hay entre la situación normal de una comedia de televisión y la realidad? ¿Y qué hay de las series policíacas? Los coches están continuamente fuera de control, chocándose y ardiendo. Los policías siempre son los buenos, siempre ganan. No pases por alto este detalle: Los policías siempre ganan. Qué lección ésta. No deberías enfrentarte a la autoridad, e incluso si lo haces, saldrás perdiendo. La idea es, Sé pasivo. Y – coopera. Si el oficial Baretta te pide información, dásela, porque el oficial Baretta es un hombre bueno en el que se puede confiar. Él te quiere, y tú deberías quererle a él.

Así pues pregunto en mi obra ¿Qué es real? Porque incesantemente somos bombardeados con pseudo-realidades creadas por gente muy sofisticada que usa mecanismos electrónicos muy sofisticados. Yo no desconfío de sus motivos; desconfío de su poder. Tienen mucho de eso. Y es un poder sorprendente: el de crear universos enteros, universos mentales. Necesito saber. Yo hago lo mismo. Mi trabajo es el de crear universos, como base de una novela tras otra. Y los tengo que construir de tal forma que no se destruyan dos días después. O al menos eso es lo que mis editores esperan. De cualquier modo, os revelaré un secreto: me gusta construir universos que se destruyan. Me gusta ver cómo se despegan, y me gusta ver cómo los personajes de la novela luchan contra este problema. Amo el caos a escondidas. Debería haber más. No creáis – y hablo más serio que un muerto al decir esto-, no asumáis que el orden y la estabilidad son siempre buenos, en una sociedad o en un universo. Lo viejo, lo osificado, debe dejar pasar a la nueva vida y al nacimiento de nuevas cosas. Antes de que lo nuevo nazca, lo viejo debe morir. Es una comprensión peligrosa, porque nos dice que tarde o temprano debemos acabar con mucho de lo que nos es familiar. Y eso duele. Pero es parte del secreto de la vida. A no ser que nos podamos acomodar psicológicamente a los cambios, empezamos a morir sin remedio. Lo que estoy diciendo es que los objetos, las costumbres, los hábitos y los modos de vida deben morir para que los auténticos seres humanos puedan vivir. Y el auténtico ser humano, el que más importa, el útil, elástico organismo que puede rebotar para atrás, absorber, y combatir con lo nuevo.

El filósofo presocrático griego Parménides enseñaba que las únicas cosas reales eran aquéllas que nunca cambiaban… y el filósofo presocrático griego Heráclito enseñaba que todo cambia. Si superpones estos dos puntos de vista, se obtiene este resultado: nada es real. Hay un fascinante paso siguiente en esta línea de pensamiento: Parménides pudo no haber existido nunca porque envejeció y murió y desapareció, así pues, de acuerdo con su propia filosofía, no existió. Y Heráclito pudo haber estado en lo cierto –No olvidemos esto; así que si Heráclito tenía razón, entonces Parménides existió, luego, según la filosofía de Heráclito, quizás Parménides tenía razón, pues Parménides cumplía todas las condiciones, el criterio, según las cuales Heráclito consideraba las cosas reales.


Ofrezco esto simplemente para demostrar que tan pronto como empiezas a preguntarte qué es real en último término, empiezas a decir cosas sin sentido.

Corta y pega jm

1 comentario:

Lecter dijo...

Sí JM, anteriormente en Natura Mundi...

http://www.naturamundi.blogspot.com.es/2009/01/k-dick.html

http://www.naturamundi.blogspot.com.es/2013/07/dibujos-animados-y-ii.html