domingo, 20 de abril de 2008

El Vandalismo

He encontrado esta foto por la internet que me ha hecho recordar cosas.



La foto venía acompañada con el siguiente texto...

Y ante la impunidad en la que se amparan los vándalos para realizar sus atentados contra el patrimonio histórico, se han instalado seis puntos de luz en el conjunto central, con la recuperación de la verja que separa la figura de la monarca de las agresiones de los salvajes.

Pues bien. Descubramos la verdad.

Ese banco, el más cercano al desaparecido bar "El Jardín", era el banco que utilizábamos nosotros para sentarnos de forma habitual. Entrabas al Jardín por la mañana y, si no estaba ocupado por niños con padres, era usado para reunirnos, los de la Pandi.

Una mañana de Navidades, la anterior a la de la fotografía, uno de nosotros se sentó en la parte superior izquierda del banco. Inmediatamente toda la parte izquierda se vino abajo con el consecuente hostiazo hacia atrás contra los "bunivos" (evonibus para los expertos), de nuestro personaje. La persona era Chiqui el Monstruo, al cual mando un saludo desde aquí, que no se mató de milagro, ya que pudo saltar antes de que le cayera toda la masa de piedra encima.

Después del susto, nos pusimos a analizar la situación, y descubrimos que el banco entero estaba carcomido. Sí, completamente rajado en todas sus juntas, debido probablemente a las heladas que a diferencia de ahora, antes eran habituales y nos acompañaban todo el invierno.

Procedimos pues, a las 12:00 de la mañana, a plena luz del día, y enfrente justo de las oficinas del Patrimonio Nacional, al desensamblado cuidadoso de todo el banco, y a la colocación de sus partes en estudiado desorden para que hiciera el efecto visual de ruina. Debo decir que no hubo en ningún momento lanzamiento de unas piezas contra otras, ni machaque intencionado de las mismas. Sólo fue una reestructuración, como se puede apreciar en la fotografía.

En dos días el banco estaba como nuevo, debidamente cementado por operarios del Patrimonio y en perfecto estado.

La foto salió en el periódico local y el suceso fue catalogado como salvajismo, vandalismo, un grupo de jóvenes borrachos amparados en la noche... etcétera, etcétera.

La noticia podría haber sido mucho peor si el banco, en el estado que estaba, hubiera sido utilizado para jugar por cualquier niño desconocedor del peligro.

Sirva esto para demostrar que la historia para nada vale. Nada prueba. Depende en gran medida de quién nos la está contando.

Lctr.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno esto, tío.

Carlos.