jueves, 17 de noviembre de 2011

Lost in translation

Leí en una ocasión que aquello que recordamos de los sueños se cristaliza en nuestra memoria justo en el momento de despertarnos, con toda su cronología y discurrir de situaciones. Terminamos teniendo la sensación de que hemos soñado alguna suerte de historia durante toda la noche pero es sólo al final cuando todo se deposita en nuestro cerebro, cuestión de segundos, tomando entonces sentido desde nuestra realidad.


Con "Lost in translation" me ha sucedido algo similar. El resultado es una gran película, o mejor sería decir una gran experiencia que se conforma sólo cuando termina. Uno tiene la sensación de estar viendo algo donde nada pasa, donde todo es irrelevante, y sin embargo se va larvando lentamente una historia de sentimientos, de sensaciones y emociones tan cercanas a la realidad que al final te obliga a rendirte y reconocer que te "han ganado", por así decirlo.

Pocas pelis me generan ganas de volverla a ver.

Rg (opinando sin tener ni puta)

5 comentarios:

deivit dijo...

Pero que culo tiene la jodía en la primera escena AGGGGG¡¡¡

deivit dijo...

Me encanta la escena del bar del hotel, cuando le dice que tiene un plan de fuga.

Anónimo dijo...

una película estupenda. Totalmente de acuerdo contigo Roger
jm

Lecter dijo...

(spoiler) si no han visto la película no sigan leyendo))

La película no está mal. Está bonita. Pero cuando acaba a mi me da justo la sensación contraria a la de Roger.
Me hace reflexionar y pensar que para explicar esta cosa habitual y endémica que es el amor, dentro de esa otra cosa habitual y endémica que es la vida, nos hayamos tenido que ir hasta el mismisimo Japón, burlarnos de sus gentes y costumbres, encontrarnos allí nada más y nada menos que a una pedazo de tía, joven, que además está sóla y taciturna como nosotros, en la habitación de al lado de nuestro hotel, encima ha estudiado filosofía, tócate los pies que yo no llego....,

Es verdad que en esto de las historias debes querer creer, pero coño.., esto es mucho

Me parece, en resumidas cuentas, un ejercicio de estilo de una niña pija, dentro del mundo de lo NAIF.

Para acabar, Lecter dijo...

(Adjunto una crítica de la peli que me encontré en "film afinity", que tiene su gracia)


Vamos a ver, Sofía. Está muy bien que quieras escribir una historia sobre el hastío vital y te propongas, para ello, hacer la película más aburrida de la historia del cine reciente (y casi lo consigas). Lo que me parece incomprensible es que te hayan premiado el guión de una película cuyos mayores defectos están, precisamente, en su propia escritura: la historia, aparte de ser la expresión evidente de una única idea que se podría expresar con dos palabras (ME ABURRO; o bien: SOY INFELIZ, así, con mayúsculas, que es como lo has rodado, de la forma más redundante posible), aparte de esto, la película es deshilachada, cansina, forzada, casi ausente de toda gracia (con alguna excepción, debida siempre al personaje de Murray). Es difícil que despierten en mí ninguna compasión estos personajes fashion perdidos en hoteles de lujo en el otro extremo del mundo, que van de la sauna a la cafetería del rascacielos y se sienten incomprendidos e infelices: todo es pura retórica para producir la autocompasión de las clases privilegiadas. Esta película está rodada para que Victoria Beckham o Ana Obregón o Enrique Iglesias exclamen: "Ay, cómo me identifico, aunque la gente me critique, yo también tengo mis problemas", y apuren su vaso de whisky mientras le rascan el pubis a quien tengan al lado.

Con todo, la película es elegante, presenta un retrato de nuestra sociedad en sus aspectos más elitistas y desaforados (aquí no hay gente normal que estudie, tenga un trabajo basura o problemas de dinero), tiene algún momento cómico (pocos) y tiene su punto de exotismo (pequeño, porque lo que demuestra es que el mundo está realmente globalizado). A mí lo que más gracia me hace es el concepto que tiene la Coppola de lo que es una licenciada en Filosofía por Yale: una tipa alérgica a los libros y a la cultura que lo más intelectual que hace es pintarse los morros, hacer una excursión desganada a Kioto y escuchar una absurda cinta de autoayuda (anda guapa, licénciate en Filosofía por Yale para acabar en las garras de Bucay o Coelho). Eso sí, la chica es muy mona y muy fashion y se pasa el día en bragas.

Esta la vi con mi cabra Rafuti en el dvd: acabamos los dos tan aburridos como Bill Murray y la Johansson cuando hacen zapping en sus habitaciones de hotel, completamente identificados con su hastío. Ahí acertaste de pleno, Sofia.