lunes, 25 de agosto de 2008

Es de justicia decir esto.





Las normas FIBA presentan varias diferencias con el baloncesto norteamericano: la duración de los cuartos (12 minutos en la NBA por 10 en Europa) o la distancia de la línea de tres. Pero el aspecto al que la selección estadounidense no se ha adaptado en nigún momento han sido los pasos de salida (botar la pelota después de levantar el pie del pivote). La relación entre el número de veces que han cometido dicha infracción y las ocasiones en que ha sido señalada ha sido realmente exigua. Una ventaja excesiva de la que probablemente no hubieran precisado para ganar el torneo.

El uso ilimitado de las manos a la hora de defender, y que pocas veces ha sido correspondido con la pertinente falta, la mirada perdida de los árbitros con cierto aire de disimulo cuando Kobe, LeBron y compañía extrapolaban su actitud y gestos 'made in NBA' a la cancha de Pekín, y que nunca fue castigada con técnica han sido otros factores a tener en cuenta. En la final, hubo momentos en los que Dwight Howard se instaló a perpetuidad en la zona sin la correspondiente infracción.

Árbitros curtidos en Europa, enfermizos hasta decir basta como Lamonica y su obsesión por los pasos, la mano dura de Brazauskas... Ni rastro de la actitud firme que pasean cada semana por Europa. Entre las premisas de las que se han nutrido las victorias estadounidenses no siempre se ha encontrado la virtud de la justicia.

Lctr.

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