En la ciencia suele ocurrir que un científico diga: “Es un buen argumento, yo estaba equivocado”, cambie de opinión y desde ese momento no se vuelva a mencionar la antigua posición. Realmente pasa. Aunque no lo frecuentemente que debería ya que los científicos son humanos y el cambio es a veces doloroso. Pero ocurre cada día.
No recuerdo la última vez que algo así pasó en política o religión.
Lctr. (C&P)
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