Resulta curioso que en estos momentos de ajustes, de apreturas, de agobios, por parte de la población normal de los países sumidos en una "crisis" como el nuestro, nos desayunemos con noticas pequeñitas en los periódicos, casi esquelas, que nos señalan que personajes, como el de la foto, ha incrementado su fortuna de manera notable, y ya es el tercer hombre más rico del mundo.
Es curioso que grandes empresas y multinacionales sigan el mismo caminito de este, para mí, sospechosísimo señor, y también apunten beneficios en sus cuentas, en pleno período de "crisis".
Yo tenía entendido que cuando llegaba el tiempo de una depresión económica, se veían empresarios, hombres de finanzas, y banqueros, saltando por las ventanas de altos edificios para suicidarse, por las ruinas y grandes pérdidas, que sufrían en esos momentos de recesión.
Resulta llamativo que durante esta "crisis", las únicas personas que hemos visto quitarse la vida son las víctimas de los deshaucios.
Esta extraña depresión está afectando, de manera precisa y quirúrgica, a los avances sociales que tanto tiempo ha costado conseguir, está diezmando el empleo, destruyendo la educación y la sanidad, dilapidando las ayudas y prestaciones, expulsando a la gente de sus casas, y echándolos a la calle.
Mientras tanto las "fuerzas armadas de la comunicación", esto es, los periódicos, radio, y televisión, no dejan, ni cejan, de apuntarnos como causa principal de todo este mal, la mala gestión de la clase política, en general, incluyendo, por supuesto, a los sindicatos y organizaciones de trabajadores, en particular.
Podemos ver a ministros haciendo el ridículo, a partidos enteros financiándose de manera corrupta, evasiones fiscales de políticos, gobernantes, y reyes... Los medios de comunicación no cesan de apuntar esos objetivos pero, no hay que ser muy avispado, para darse cuenta de que esos objetivos no son más que meros señuelos. Son objetivos falsos.
Hoy podemos leer en varios periódicos digitales, en pequeñito eso sí, la siguiente noticia:
Entra en un Zara, cierra la puerta con cadenas y amenaza con volar la tienda con gasolina
La Policía Nacional detuvo este lunes a un hombre que entró en una tienda de la cadena Zara de Madrid, cerró la puerta con cadenas y enseñó a los empleados tres bidones de líquido con los que amenazó con volar el local.
El suceso ocurrió poco después de las 10.00 horas en la tienda ubicada en el número 49 de la calle Velázquez de Madrid capital, en el barrio de Salamanca. Un hombre entró en el comercio portando garrafas con un líquido que parecía gasolina e impidió salir a los empleados al grito de "la voy a liar" y deberían "llamar a la televisión".
El líquido de los bidones era agua mezclada con colorante de paella. Un empleado logró a avisar a la Policía y un coche patrulla se trasladó hasta la tienda. Los agentes rompieron las cadenas que sujetaban la puerta con una cizalla y arrestaron al individuo por un delito de detención ilegal, según la Jefatura Superior de Policía.
El hombre fue identificado como José J.A., de 55 años y sin antecedentes policiales, quien según los testimonios recabados podría sufrir problemas mentales. Los bidones que portaba contenían más de seis litros de agua con colorante de paella, lo que daba al líquido un color similar al del combustible.
En seguida, sin preguntar, sin contrastar, se le da a la noticia un tono humorístico, con lo del colorante de paella, y se tacha al caballero de demente, y de poseer problemas mentales.
Pues bien, queridos amigos, de demente nada. Estamos ante una persona cabal y formal, que ha fijado bien sus objetivos. Esta persona ha vislumbrado con claridad quién es el verdadero causante de su ruina, y no se ha dejado llevar por las señales de humo.
La lástima es lo del colorante de paella.
Lctr.