17 de marzo de 2008.
ELMUNDO.ES
El dictamen ha sido emitido en respuesta a la reclamación presentada por un obrero de 42 años de la localidad de Como, cerca de Milán, que el 11 de mayo de 2006 fue condenado por un tribunal de esa localidad tras haber sido pillado in fraganti con la mano sobre el cuerpo del delito. Verbigracia: 'En la vía pública, mientras se tocaba vigorosamente los genitales (por encima de la ropa)', según se consta en la sentencia 8389 del Tribunal Supremo. De nada han servido las alegaciones presentadas por el 'criminal' asegurando que el tocamiento era 'un movimiento compulsivo e involuntario', realizado probablemente para colocarse bien el mono de trabajo'. Ni tampoco ha colado el pretexto de que se había palpado la cosa porque sufría una infección epidérmica y le picaba. Los magistrados del Supremo han sido inexorables: le han condenado a pagar una multa de 200 euros además de las costas del juicio, que ascienden a 1.000 euros.
deivit
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