lunes, 24 de enero de 2011

El zoo humano


La historia que hoy os traemos no tardaría en ser calificada como aberración humana o discriminación racial ante los ojos de cualquier europeo de comienzos del siglo XXI. Pero no hay que retroceder muchos años atrás para encontrar un tiempo en el que las exposiciones humanas con individuos llegados desde otras partes del planeta, constituían la última moda etnocentrista y todo un espectáculo para el público del viejo continente.Como el zoológico humano que el Parque del Retiro acogió en 1887, junto a la Casa de Fieras, cuyos detalles podemos encontrar en la bitácora "El bazar de Jim". Otras capitales europeas ya habían exhibido tribus del mundo entero (“negros salvajes” en Barcelona o fueguinos en París). En esta ocasión, Madrid recibiría a 43 indígenas filipinos, incluyendo “algunos igorrotes, un negrito, varios tagalos, los chamorros, los carolinos, los moros de Joló y un grupo de bisayas" que se anunciaban a bombo y platillo y que causaban la admiración y curiosidad de todos los que se acercaban al parque de la capital.
Según cuentan los diarios de la época y alguna investigación posterior, estas personas fueron tratadas en Madrid mejor que en el resto de Europa e incluso tuvieron el privilegio de entrar en el Palacio Real y ser recibidas en audiencia por la infanta Isabel y la regente Maria Cristina, antes de volver a sus degradantes jaulas.
Una de las consecuencias directas del colonialismo imperante en la época fue el negocio de los zoos humanos, impulsado por el alemán, Carl Hagenbeck, mercader de animales salvajes, que en 1874 decidió incorporar nuevos "ejemplares" a su repertorio: samoanos y lapones.

cortapegando
deivit

4 comentarios:

Lecter dijo...

Ahora también hay especies curiosas como "El increible hombre Gurtell", "El hombre moreno de las fianzas", o "La mujer ministra"

Anónimo dijo...

Zaplana es un samoano hecho a sí mismo... A base de ultravioletas y vacaciones en santo domingo
jm

Anónimo dijo...

Gran Hermano es también parecido a un zoo humano, bueno de subespecies.

Rg

Lecter dijo...

Es verdad, sólo ver a la Milá produce espanto y terror...