Vale, hay que reciclar el papel para no cargarnos los bosques. Hay que reciclar la pilas para que los productos químicos no intoxiquen los biosistemas y tal. Todo se puede razonar, pero lo que me resulta lamentable es que utilicen para convencernos toda esa artillería de culpabilidad más propia de la religión cristiana que de seres civilizados. Da la sensación de que hay algo extraño detrás de todo esto. Y no es el fuego del infierno o el temor de dios.
¿Por qué tengo que prometer que voy a reciclar? ¿Quieren que nos cargue la conciencia si algún día no lo hacemos? ¿Qué hay detrás de todo esto? ¿Dinero? ¿Negocio? ¿Empresas? Si tiro ropa al contenedor amarillo ¿no será que le estoy jodiendo el negocio a alguien?
Así se las gastan en Navacerrada
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