Después de una legislatura que ha sido un desastre sin paliativos para una mayoría de españoles, particularmente para la clase media, que es hoy más pobre, paga los impuestos más altos de la historia mientras los oligarcas del Ibex están casi exentos (un 3% efectivo), tienen menos derechos laborales y sociales, que verán drásticamente reducidas sus pensiones y cómo sus hijos por primera vez vivirán peor que sus padres con una deuda impagable que lastrará sus vidas, el hecho de que Rajoy y el PP sean los más votados raya lo demencial, y demuestra el inmenso poder de unos medios que propalan y amplifican sus mentiras. Unos medios que hacen entrevistas que producen sonrojo, a cambio de recibir nuevos canales de televisión o de conseguir refinanciaciones de sus inmensas deudas para evitar su quiebra, una corrupción institucional inimaginable en un Estado de derecho.
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Prometió intervenir las CCAA que no cumplieran el déficit y, en lugar de ello, les ha entregado más de 100.000 millones de nuestro dinero sin intereses ni control alguno. Prometió asegurar una financiación estable a las pensiones (igual que hoy), y los déficits se han disparado a 16.000 millones en 2015, y a 20.000 estimados en 2016. Para poder seguir pagando a los pensionistas, ha tenido que utilizar 44.500 millones de la caja de las pensiones, que se agotará en año y medio. Prometió crear empleo y solo ha creado trabajos basura a tiempo parcial mientras destruía empleos dignos a tiempo completo. Según la Contabilidad Nacional, hoy hay 500.000 empleos menos a tiempo completo equivalente que en 2011, y el número de horas trabajadas en la economía es hoy un 14% inferior al de 2011.
Y todo este desastre ha sucedido a pesar de tener la mayor cuota de poder estatal, autonómico y local desde la infausta Transición, un poder que podía y debía haber utilizado para resolver los graves problemas económicos, políticos y sociales, y ha hecho justo lo contrario. A día de hoy, Rajoy sigue en lo mismo, en favorecer como nunca a monopolistas y oligarcas con una fiscalidad irrisoria y regándoles con dinero público (si gana, pretende 'regalar' Bankia a la Caixa con De Guindos, que la rescató con nuestro dinero, como sucesor de Fainé); en negarse a reformar la Constitución; en mantener una ley electoral injusta y antidemocrática; en oponerse a la separación de poderes y a la independencia del poder judicial. ¿Alguna persona decente puede preferir la injusticia y el expolio oligárquico a la justicia y a la democracia? Pues quienes voten PP el 20-D estarán votando por lo primero. (leer más)
Roberto Centeno para El Confidencial
Lctr. (C&P)
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