jueves, 17 de marzo de 2011

PARA REMATAR

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La BASURA que guardaba la central es ahora un riesgo de fugas de ALTA RADIACTIVIDAD



Las piscinas de combustible gastado de la central de Fukushima son ahora una bomba de relojería que los técnicos intentan desactivar. En esas piscinas se almacenaban los desechos producidos por los reactores durante años. Son toneladas de material de alta actividad que es, incluso, más peligroso que el combustible del reactor.

Esa basura nuclear es una mezcla de elementos generados en el proceso de fisión y ya no sólo contiene uranio, sino también elementos pesados como el plutonio, el americio, el neptunio y el curio. Son de alta radiactividad y permanecen activos hasta decenas de miles de años.

Ese combustible gastado mantiene un calor residual de cientos de grados y debe permanecer meses y años bañado en agua para que no se caliente más, se degrade y lance emisiones. El agua, además, sirve de pantalla de las radiaciones. Si la piscina se queda sin agua, el combustible se deteriora rápidamente y arroja altas dosis de radiactividad al ambiente.

Y lo que está ocurriendo en Fukushima es que las piscinas de combustible se están calentando y quedando sin agua. Eso supone un riesgo grave de que la basura nuclear entre en mayor actividad, se desestabilice y emita su contenido a la atmósfera.

Lctr. (Cortapegando sin fuerzas)

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