lunes, 19 de octubre de 2009

La bombilla dice adiós



Nadie daba un duro en 1879 por el nuevo invento de Edison. Las innumerables pruebas fracasadas antes de conseguir el prototipo, llevaron a los laboratorios de Edison a la ruina. Fue el empeño de todos los trabajadores y amigos, el empeño de la confianza y la amistad, quienes lograron esta forma de iluminar las oscuras noches del mundo del siglo antepasado.

Al igual que la bombilla desplazó en su día el trabajo de cientos de faroleros encargados del mantenimiento de las lamparas de gas, hoy la nueva versión "bajo consumo" basada en los gases (curiosamente) desplaza a la vieja bombilla de filamento incandescente.

Los dibujantes tendrán que colocar, a partir de ahora, una nueva versión iluminatoria encima de las cabezas de aquellos ocurrentes a los que les surge una idea...

Lctr.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Nada, la bombilla acabó con muchas cosas buenas. La inventaron y se nos fue de las manos. Los cielos, amigo Lecter, se oscurecieron y mientras la bombilla iluminaba nosotros dejamos de ver, y nos pusimos a mirar para abajo porque para arriba no había nada ya. Y de tanto mirar para abajo ya no sabemos ni dónde estamos.

Y así el ser humano pasó de maravillarse con la obra del universo a hacerlo con su propia obra, como un Narciso único.

Te dedico, agradecido, esta ida de olla que acabo de sufrir, querido Lecter.


Roger

Lecter dijo...

Sagradece ¡Oh, Roger!

Anónimo dijo...

estoy rallado de hacer deberes y trabajos, ¡que alguien me libere por favor !!!!