miércoles, 26 de noviembre de 2008

El cine y el teatro

Veamos esta secuencia.



Y caguémonos todos juntos en el padre de los hermanos Lumière.

lctr.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Joder! Esta es una secuencia maravillosa por muchas cosas. Pero sobre todo me lo parece porque siempre que la veo, y la he visto mogollón de veces, me hace reir a carcajadas al principio y consigue que se me salten las lágrimas con los ultimos planos de Fernán Gómez, cuando se marcha impotente y humillado porque no consigue hacerlo bien. Esto sólo lo consiguen los grandes como Chaplin... Y es que este actor director que ha desaparecido es uno de los mejores que ha dado este país, tan pródigo en actores que hablan como lo hace el personaje... Señoriiitoooooooo!!!!

jm

Anónimo dijo...

He de reconocer que aunque Fernán Gómez exagera, yo cuando he hecho algún corto o argo, siempre tengo la sensación que tiene él en la peli, que sobra. Siempre tengo la sensación de que sobreactuo, y me veo diciendo eso de Mariooooo!
Mariooooooo!
Manera magistral de describir una forma de vida que se acaba.
kakos

Anónimo dijo...

Hombre, yo si fuera el director de la película, y me apareciera Fernán-Gómez haciendo ese papelito, no me cagaría en el padre de los hermanos Lumière, directamente le pondría en nómina.